miércoles, 16 de noviembre de 2016

Segunda sesión de Casa de muñecas



En primer lugar, Torvaldo trata a Nora como si estuviese tratando con una niña y no con una mujer, ya que el modo de hablar de él es similar al que se suele emplear cuando se trata con éstos y, en segundo lugar, éste utiliza un tono condescendiente (negativo) con su esposa, el cual deja en claro un sentimiento de superioridad. En resumen, Helmer infantiliza a su esposa y la vuelve inferior, incapaz, sólo sirve para despilfarrar el dinero. 
Lo anterior nos dice que Torvaldo es una persona promedio de la época, la cual nunca se cuestiono lo que le dijeron de las relaciones de pareja, toda llena de estereotipos, por cierto. Éste se casó – porque es lo que se espera- con una mujer bonita, decente, educada, servicial, etc., y no porque, a propósito, haya encontrado una compañera de vida. 
  
Si bien en un inicio Nora presenta características positivas (alegría, satisfacción, esperanza), por cierto, porque el futuro que le espera a ella y a su familia luce prospero, todo cambia con la llegada de Krogstad. Esto porque éste posee un secreto que le puede acarrear serios problemas a ella, no sólo con su esposo, sino con la ley, ya que ella cometió un fraude al falsificar la firma de su padre. Ante tal situación Nora comienza a cambiar su forma de pensar, por consiguiente, empieza a actuar diferente, ya que el miedo, en primer lugar, por la reacción de su esposo, en segundo lugar, por la “contaminación” de sus retoños y, en tercer lugar, enfrentarse a una situación jurídica, poco a poco irán haciendo mella en su persona. 
  
Las personas nos comportamos diferente en diferentes situaciones, o con diferentes personas; así, Nora se comporta distinto cuando está con su esposo -servicial, educada, atenta, cariñosa, correcta-, cuando está con su amiga – más desenvuelta, rompe lo impuesto (comer golosinas), más abierta (le cuenta su secreto)-, cuando está con Krogstad – retadora, fuerte-. 
  
En ocasiones para entender el contexto en el que sucedió determinado suceso, conducta, es necesario remontarse a la época en la que aconteció el mismo. Así pues, por aquellos años era humillante para los hombres (su fragilidad masculina) no ser un buen proveedor, ya que ese era el rol que se les asignaba, y la sociedad esperaba que lo llevaras a cabo con eficacia. Bueno, aún hay trabas. 
  
La razón por la qué Nora desea poder decir frente a su esposo: “Rayos, truenos, huracanes”; se debe a que ya está harta de comportarse “correctamente”. Nora está cansada de seguir letra a letra el guion que fue escrito para ella, ese molde que le fue impuesto. Nora quiere romper lo establecido, pero no se atreve. 
  
Las personas desesperadas, por cierto, actúan desesperadamente; así, Nora estando en una situación límite fue capaz de cometer fraude (quizá inconscientemente), ya que la vida de su esposo estaba en juego. En ese momento ella no se cuestiono si estaba bien o no falsificar la firma de su padre, sólo le importaba salvar a Torvaldo. Algo similar le sucede a Krogstad, quien desesperado y angustiado por perder el empleo (con justa razón, pues ha cometido varios fraudes), por lo visto, está dispuesto a jugarse su última carta: el chantaje. 
Y es que hay tres tipos de personas en el mundo, las que se comportan correctamente toda su vida (las menos), las que se comportan mal (un porcentaje más alto), y por último, las que navegamos en ambas aguas ( el promedio de la población). 
  
  
  

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