jueves, 23 de agosto de 2018

Primera sesión de El crimen de Lord Arthur Saville



Con respecto a, la hipotética visita a la gitana que le atina a toda las predicciones, si fuese verdad, más que temeroso, curioso, sorprendido, de hecho, me sentiría decepcionado de la existencia de los seres humanos, porque no seriamos más que simples títeres que siguen lo que ya está escrito, sin opción a elegir.

Hace algunos años, por supuesto, era supersticioso, como muchas personas de nuestra cultura, que si se rompía un espejo, mala suerte, que si se caía la sal, mala suerte, que si una limpia con vainilla para alejar las malas vibras, que si un amuleto bendecido para que ya no me robaran, etc., no obstante, poco a poco fui agrietando, destruyendo muchas ideas, construcciones, y en la actualidad trato de analizar las cosas sin la intervención de la superstición, la magia, lo sobrenatural. 

Por lo que se refiere al desarrollo de nuestra historia, si ya fue escrita previamente (se han cometido atrocidades bajo este argumento) o si nosotros la moldeamos, coincido más con la segunda opción, ya que considero que las decisiones que elijamos nos van a dirigir hacia determinado rumbo, las acciones que realicemos generarán determinadas reacciones. Sin embargo, habrá, muy seguramente, circunstancias en las que nuestras decisiones no sean más que una pequeña parte, pues influirán otras variables sobre las que no tenemos control.

Las sociedades complejas, las humanas, a través del tiempo desarrollaron mecanismos para convivir, para que las cosas no se fueran al traste. Una de aquellas herramientas es una voz que escucha nuestra mente a la hora de actuar, la cual se nutre de las normas y leyes y de la moral en turno. Así, aunque una persona no sea juzgada físicamente por la sociedad, por las autoridades, cuando comete un acto indebido, ella sabe que es mala, que es un criminal. Ahora, de ahí a que tome sus consejos, rectifique, se sienta fatal, etc., existe un gran trecho, primero, por su sesgo, segundo, por que las personas a todo se acostumbran.