Quizá la idea de controlar la muerte es
popular en diferentes países, culturas, épocas, porque tras el velo, por
cierto, se oculta nuestra condición humana, se oculta nuestro miedo a morir, a
ser finitos, a intuir que nuestra existencia tiene un cronometró. O, talvez
tenga que ver con la ilusión de querer tener todo en control, incluso para
aquello que, claramente, escapa de nuestra comprensión y de nuestras manos.
En el país en el que vivimos, México, en
donde se viven años obscuros, muy recientemente se ha ido expandiendo, como ola
impulsada por la marea, cada vez más el hecho de que las personas realicen
pactos con la muerte para que los proteja, sane a algún familiar, cuide a la
familia, asesine a algún enemigo, etc. Hay un sinfín de historias que uno puede
oír.
Diría que Macario reconoce quienes son los
peregrinos que quieren un pedazo de guajolote, uno, por el aura que desprenden,
dos, por su vestimenta, tres, por su apariencia, cuatro, por su forma de ser.
Ahora, antes de leer la historia y de las
“pistas” que nos da el autor para identificar a los peregrinos, ya sabía, de
antemano, quienes eran, ya que vi varias veces la película del mismo nombre del
director Roberto Gavaldón.
Por otra parte, en ningún momento se puede
notar que nuestro personaje de indicios de que dichos personajes le despierten
miedo, incluso la muerte se lo hace notar. En cambio, Macario si da indicios de
presentar tal sentimiento cuando deduce el destino que le espera a su familia.
Macario decidió darle medio guajolote a la
muerte para ganar algunos minutos, ya que comprendió que no le quedaba el tiempo suficiente
ni para comer una pierna y tendría que dejar el pavo entero.
Macario, de acuerdo a lo que se puede
intuir del texto, no esperaba que la muerte le fuera a dar un elixir curador o
regalo alguno, ya que solamente esperaba que le dejara comer su medio pavo.
El regalo que la muerte le da a Macario,
en el fondo, tiene parte de ambas (maldición y bendición) porque le permite
sanar a su hijo y esposa, darles una condición de vida buena, tener dinero y
propiedades, cierto reconocimiento, pero a la par ponerlo a él y su familia en
el radar de la inquisición, la cual los iba a condenar por brujería.
Considero que el final se puede
interpretar de tres maneras; la primera, que efectivamente, todo fue un sueño,
como la esposa lo sugiere, una alucinación por parte de nuestro camarada; la
segunda, que la muerte intercedió para salvar a la familia del destino que les
aguardaba (algo así como un punto de restauración), como pago por haberle
ofrendado medio pavo, pero que a cambio se llevó a nuestro camarada; tercera,
que nuestro camarada al intuir lo que le esperaba a su familia, muerte y
persecución, con tal de salvarla de tal atroz destino, el pavo pasó a segundo término
(por ello su mitad estaba intacta).
Macario
El texto que leímos en esta ocasión
representa, claramente, una historia que se sumerge en las aguas de la
literatura fantástica, en donde cada cual puede escoger por donde navegar, si
lo hace sobre los ríos calmos de lo natural (todo fue un sueño), o si lo hace
por los mares de lo sobrenatural, en donde nuestra imaginación puede darle “vida”
y credibilidad a todo.