jueves, 27 de febrero de 2020

Primera sesión de Macario



Quizá la idea de controlar la muerte es popular en diferentes países, culturas, épocas, porque tras el velo, por cierto, se oculta nuestra condición humana, se oculta nuestro miedo a morir, a ser finitos, a intuir que nuestra existencia tiene un cronometró. O, talvez tenga que ver con la ilusión de querer tener todo en control, incluso para aquello que, claramente, escapa de nuestra comprensión y de nuestras manos.

En el país en el que vivimos, México, en donde se viven años obscuros, muy recientemente se ha ido expandiendo, como ola impulsada por la marea, cada vez más el hecho de que las personas realicen pactos con la muerte para que los proteja, sane a algún familiar, cuide a la familia, asesine a algún enemigo, etc. Hay un sinfín de historias que uno puede oír.

Diría que Macario reconoce quienes son los peregrinos que quieren un pedazo de guajolote, uno, por el aura que desprenden, dos, por su vestimenta, tres, por su apariencia, cuatro, por su forma de ser.
Ahora, antes de leer la historia y de las “pistas” que nos da el autor para identificar a los peregrinos, ya sabía, de antemano, quienes eran, ya que vi varias veces la película del mismo nombre del director Roberto Gavaldón.
Por otra parte, en ningún momento se puede notar que nuestro personaje de indicios de que dichos personajes le despierten miedo, incluso la muerte se lo hace notar. En cambio, Macario si da indicios de presentar tal sentimiento cuando deduce el destino que le espera a su familia.

Macario decidió darle medio guajolote a la muerte para ganar algunos minutos, ya que comprendió que no le quedaba el tiempo suficiente ni para comer una pierna y tendría que dejar el pavo entero.
Macario, de acuerdo a lo que se puede intuir del texto, no esperaba que la muerte le fuera a dar un elixir curador o regalo alguno, ya que solamente esperaba que le dejara comer su medio pavo.

El regalo que la muerte le da a Macario, en el fondo, tiene parte de ambas (maldición y bendición) porque le permite sanar a su hijo y esposa, darles una condición de vida buena, tener dinero y propiedades, cierto reconocimiento, pero a la par ponerlo a él y su familia en el radar de la inquisición, la cual los iba a condenar por brujería.

Considero que el final se puede interpretar de tres maneras; la primera, que efectivamente, todo fue un sueño, como la esposa lo sugiere, una alucinación por parte de nuestro camarada; la segunda, que la muerte intercedió para salvar a la familia del destino que les aguardaba (algo así como un punto de restauración), como pago por haberle ofrendado medio pavo, pero que a cambio se llevó a nuestro camarada; tercera, que nuestro camarada al intuir lo que le esperaba a su familia, muerte y persecución, con tal de salvarla de tal atroz destino, el pavo pasó a segundo término (por ello su mitad estaba intacta).

Macario

El texto que leímos en esta ocasión representa, claramente, una historia que se sumerge en las aguas de la literatura fantástica, en donde cada cual puede escoger por donde navegar, si lo hace sobre los ríos calmos de lo natural (todo fue un sueño), o si lo hace por los mares de lo sobrenatural, en donde nuestra imaginación puede darle “vida” y credibilidad a todo.