…[] Mira, mi querido Govinda, este es una de los conocimientos que he encontrado: la sabiduría no puede ser transmitida. La sabiduría que un erudito trata de transmitir a otro hombre, siempre suena a estupidez.-¿Estás bromeando?- preguntó Govinda.-No estoy bromeando, el conocimiento puede ser transmitido, pero no la sabiduría. Puede ser hallada, puede ser vivida, es posible ser impulsado por ella, los milagros se pueden realizar con ella, pero no puede ser expresada ni explicada en palabras. Siddharta, Herman Hesse.
Analizando la forma en la
que escribía Dumas, puedo observar la
producción en masa, muy usual en la actualidad. Y lo que busca este sistema, es
optimizar el trabajo, asignándole a cada persona una actividad en concreto,
logrando con ello un crecimiento en la producción de lo que se este elaborando.
Pero, al final, el producto lejos de ser colectivo se vuelve personal. Así, las
personas que participaron en la creación se vuelven entes anónimos, mientras
que el actor intelectual sobrevive al tiempo. Pasa algo similar con los obreros
de la construcción, quienes realizan una gran cantidad de obras, pero cuando se
inauguran, suelen ser personajes que nada tienen que ver con la construcción,
los que las muestran al mundo como suyas.
Irene está interesada en
conservar el material que “habla” sobre ella y que está siendo destruido por un
grupo que no quiere que se transmita lo que contiene (Las nueve Puertas). Esto
la ha motivado a buscar aliados o elegidos que le permitan evitar lo antes
mencionado, pues sólo quedan dos ejemplares (eran tres pero uno fue quemado), y
quien mejor que Corzo, un solitario como el ángel caído, un mercenario de los
libros, quien eligió el bando de los hombres, como se lee en la página 161:
Peor fue el caso de quienes
lo siguieron- Corzo tardo en comprender a quienes se refería ella-. Los que
arrastró en su caída: soldados, mensajeros, servidores de oficio y vocación. Mercenarios
a veces, como tú mismo… Muchos ni siquiera se plantearon que era optar por la sumisión
o la libertad, entre el bando del Creador y el bando de los hombres: por
rutina, por la absurda lealtad de los soldados fieles, siguieron a su jefe en
la rebelión y en la derrota.
Las imágenes octava y novena,
creo, están relacionadas; en la octava se puede observar a un hombre con una aureola
en la cabeza, como la de los santos, quien sostiene una espada en lo alto,
listo para decapitar a una mujer arrodillada, misma que pareciera estar rezando,
quizá con la esperanza de salvarse. También en el fondo de la representación se
puede observar una rueda con tres personas, la primera subiendo, la segunda en
la cima y la tercera cayendo; es una representación de la vida, nacimiento,
plenitud y muerte. El caballero que abusa de su poder, mañana será juzgado. Es precisamente
en la novena imagen, en donde se puede observar la venganza de la mujer que fue
juzgada, quien regresa para destruir al “santo” encerrado en el castillo, claro
que con ayuda del diablo. El caballero estuvo en la cima, sin embargo ahora
arde en las llamas de la Bestia, precipitándose a la muerte.
No todas las personas pueden
hacer contacto con el diablo, para ello se necesita saber interpretar texto e imágenes
que él dejo con ese fin. En cierta medida, el diablo necesita de otras personas
para mantenerse “vivo”. Pero no se trata de charlatanes o personas con
conocimientos vulgares, sino que necesita de personas cultas, con cierto grado
de sabiduría. Sólo aquellos que sean capaces de entender lo que él dejo,
pasaran a la siguiente fase, como se puede leer en la página 169:
En el Génesis, el diablo en
forma de serpiente consigue que el hombre deje de ser un alineado estúpido y
adquiera conciencia y albedrío, lucidez… Con el dolor y la incertidumbre que
ese conocimiento y esa libertad implican.
…[] Al diablo, como todo ser
inteligente, le gustan los juegos, los acertijos. Las carreras de obstáculos en
las que se quedan los débiles e incapaces y sólo triunfan los espíritus
superiores; los iniciados.
La Baronesa es una persona
que posee una gran cantidad de conocimiento, es una bruja como Nyneve[1]. Por otra parte, la forma
de pensar de Liana, es un tanto superficial, a diferencia de la Baronesa, quien
puede entablar una conversación erudita con Corzo. Así pues, la Baronesa se
asemeja más a Varo Borja que con Liana.