“Si esta es vuestra forma de
amar, os ruego que me odiéis”
Molière [Jean Baptiste Poquelin]
Considero que Gastón nunca
amó a Leola, sólo la utilizaba para conseguir sus propósitos. Una vez le
recrimino por el pago incumplido de unas personas, incluso la insto a que les
diera un escarmiento. Leola se negó. Entonces él le dijo: que no era más que
una maldita mujer. Además, Leola, disculpó sus rarezas, sus malas palabras, su
falta de atención y de cuidado. Esto porque ella sentía o creía que en
ocasiones, mientras tenían sexo, una conexión se establecía. Y Gastón dejaba a
un lado el caparazón con el que se cubría y, se fundían en una sola persona.
Sin embargo, se mentía. Pues lo que realmente sucedía, es que a Leola le hacía
falta amor propio, que le permitiera ver las cosas de diferente manera.
Fanático, ca.
1.
adj. Que defiende con tenacidad desmedida y
apasionamiento creencias u opiniones, sobre todo religiosas o políticas.
2.
adj. Preocupado o entusiasmado ciegamente por
algo.
Gastón considera a los
cataros como fanáticos, ya que se dejan quemar vivos con tal de no renegar de
su idea de Dios. Pero también él es un fanático, que cuestiona y trata de
humillar a todas aquellas personas que no comparten sus ideas o creencias. Las
cosas que él afirma conocer, solamente son ideas que no ha podido probar con
hechos. Sin embargo, Gastón cree ciegamente en ellas.
No hay nada más insensato
que un burgués, que un plebeyo, que un ignorante campesino… O que una Reina
loca que juega con trovadores. El mundo está lleno de individuos que no valen
nada, que no sirven para nada, cuyas vidas son un deambular sin sentido: comer,
dormir, defecar… Que vivan o mueran resulta irrelevante. La única vida
verdadera es la del pensamiento puro, la de la búsqueda de la sustancia
primordial, de la quinta esencia que contiene lo creado.
Si la alquimia es una vía de
perfeccionamiento espiritual, como él cree, no cabe duda de que Gastón está
perdiendo, o ya perdió su camino, pues cada vez parece más imperfecto. O al
menos uno siente eso, al leer lo anterior.
Leola conoció a Dhuoda
cuando ésta tenía sus mejillas sonrosadas, el rostro carnoso, los labios
abultados, una nariz menuda y unos ojos inquietantes, que le daban un aspecto
atractivo y femenino. Además, Dhuoda solía utilizar diversos vestidos blancos, carmín
para dar color a las mejillas, se blanqueaba la dentadura con piedra pómez y
orina, y para mantener el cutis limpio se frotaba con solimán, entre otras
cosas. Todo ello con el fin de ser una dama. Por ello, no es de extrañar que
Leola se haya impresionado al observar la imprecisión sexual de Dhuoda. Pues el
recuerdo que guardaba de la Dama Blanca era muy distinto a lo que presenciaba.
Cuando Nyneve supo que León
era un antigafe, enseguida llegó a la conclusión de que éste ayudaría a Alina.
Pues sabía que un antigafe, es una persona que cree que puede absorber
cualquier enfermedad o mal y, que nada puede afectarlo.
En la época en la que se
desarrolló la historia, las mujeres eran minimizadas en todos los aspectos (aún).
Se les prohibían muchas cosas y, se les obligaba a adoptar papeles previamente
establecidos. Por ello, Leola se sentía más cómoda adoptando el papel de
caballero, pues tenía ciertas ventajas. Incluso Leola nos dice:
Estoy vestida de varon. Desde
que Gastón me traicionó, no he querido volver a sentir la fragilidad de mi
cuerpo de hembra.