Si estuviera por realizar un
viaje en el tiempo, según mi percepción,
algunas de estas cosas serian de gran utilidad:
- En primer lugar, no debe de faltar un buen fuego, por ello es necesario un pedernal.
- En segundo lugar, una navaja multiusos sería de mucha ayuda, pues puede ser muy útil en más de una ocasión, al contar con diferentes herramientas.
- En tercer lugar, es seguro, tendremos que beber agua mientras exploramos, por eso, una cantimplora es idónea.
- En cuarto lugar, en algún momento tendremos que comer algo, que más que la comida deshidratada, ya que nos permite almacenarla durante mucho tiempo sin necesidad de refrigeración.
- En quinto lugar, llevaría ropa térmica, una bolsa para dormir y una tienda de campaña.
- En sexto lugar, no debe de faltar un kit de emergencias, por si sufro algún accidente.
- En séptimo lugar, llevaría una cámara de video hermética, un dispositivo con una gran cantidad de información y de almacenaje, una linterna y unos tres cargadores solares.
- Por último, no debe de faltar un cuchillo de caza y un arma de fuego, ya sea como protección o para imprevistos.
El Viajero en el Tiempo nos describe las circunstancias que llevaron
a los Morlocks a adaptarse al subsuelo. Se nos dice que ellos eran los que
controlaban cierto tipo de maquinaria de producción del sistema capitalista
feroz. Entonces es normal suponer que los Morlocks estaban familiarizados con
la maquinaria, que aun después de tanto tiempo, había algo en su interior que
los motivaba a inspeccionar aquello que les era familiar, para con ello
descubrir su funcionamiento. Pues creo que los Morlocks contaban con una mayor
inteligencia que los Eloi. Ahora, también podría ser que le estuvieran tendiendo
una trampa al Viajero en el Tiempo. Y, que en el momento de que éste tratara de
recuperarla, matarlo, ya que los Morlocks eran cazadores.
No obstante, el autor nos
dice que en el futuro ya no hay inteligencia, que la naturaleza ha encontrado
el equilibrio ideal. Pero visualizando la forma de vida de los seres infrahumanos,
nos podemos dar cuenta que cuentan con inteligencia, tal vez no como la
nuestra, sin embargo, les ha permitido idear formas de cazar y sobrevivir. Esto
nos dice que en el futuro del autor, la inteligencia no aumenta ni tampoco
desaparece (como él lo percibe), sino que ha disminuido a las necesidades básicas.
Al Viajero en el Tiempo le
sorprende la falta de “humanidad” que existe en el futuro, ya que presencia una
escena, en la que Weena casi se ahoga y ninguno de los Eloi la ayuda. Él está
convencido de que lo más “humano” es ayudarnos entre semejantes. Sin embargo,
revisando las distintas épocas en las que han vivido los humanos, se pueden ver
atrocidades de unos contra otros. Un ser humano es capaz de torturar, asesinar,
desaparecer a otro, pero puede ser distinto con las personas que quiere, porque
los humanos no somos totalmente buenos ni malos. En nuestro interior yace una
bestia dormida o controlada, esperando el momento de salir. Es aquí donde
nuestra consciencia es fundamental, pues nos permite impedir que la parte
irracional hacia los demás se exprese y, que haga cosas realmente estúpidas,
dignas de una bestia, no de un ser humano
.
Sin duda, los dueños del
mundo futuro son los Morlocks. Ellos han ideado un sistema de alimentación, en
el que los Eloi son su ganado. Es entendible, entonces, que los Morlocks les brinden
cosas para su subsistencia, logrando con ello que estén en buenas condiciones para después comérselos. Este sistema no está lejos de lo que algunos
agricultores hacen, ya que cuidan a sus animales para mejorar su calidad y,
posteriormente obtener beneficios.
El narrador atribuye la
gratitud y la ternura solamente a las personas. Esto es, aun cuando los humanos
hayan perdido la fuerza y la inteligencia,- sus principales motores- los
sentimientos que nos han caracterizado como especie, seguirán presentes durante
muchos años. Quizá tomemos diferentes formas, pero habrá algo que reconozcamos en
esos diferentes seres, la gratitud, la ternura, el amor.
La
máquina del tiempo, creo, es una obra que trata de alertar
sobre el posible rumbo de la humanidad. La constante lucha entre clases, -los
ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres- que derivará en dos
variaciones de la misma especie. Una conservara parte de la apariencia y
ciertos sentimientos, mientras que la otra se volverá una bestia, según el
escritor.
Pero también es una obra que
nos invita a imaginar escenarios extraordinarios, a que reflexionemos sobre el mismo
tiempo, a que cuestionemos nuestra inventiva. Quizá los viajes en el tiempo estén
todavía lejos, o tal vez no. Lo cierto es que los humanos han generado
conocimiento e inventiva, que nos invitan a seguir imaginando
cosas grandiosas.
Y, lejos de imaginarme un
mundo catastrófico, en donde el ocaso de la humanidad es inevitable, por
distintos factores, creo que la humanidad seguirá avanzando. Tal vez nuestro
destino sea poblar otros mundos y transformarlos en copias de la tierra. No lo crees.