miércoles, 13 de diciembre de 2017

Era amor



Yo pensaba: ¿Cómo se enamora un tipo? No es de repente, qué carajos, el pobre diablo cuando mucho descubre, de pronto, que está enamorado, un sentimiento que creció lentamente dentro de él, a veces sin que lo notara, hasta dejarlo en llamas, como ocurre con los incendios forestales que surgen de una chispa de la herradura de un caballo al raspar una piedra. Fue así con todas las pasiones que tuve. Y no eran deseos coup de foudre, descargas eléctricas instantáneas, evanescentes, que lo motivan a uno solamente a llevar a la mujer a la cama y darle una buena cogida. Era amor. (Rubem Fonseca, Mandrake: La Biblia y el bastón).

martes, 10 de octubre de 2017

IDENTIDAD



No dejes que mis años, mi ceguera
que avanza, mis arrugas o mi máscara
formada con pedazos
de mi semblante antiguo, te impresionen.
Aunque ciñan mis dedos ademanes
entrenados apenas
en el niño irrumpir de mi vejez,
aunque corra a romper mi acta de nacimiento
y escupa letra a letra mi nombre y apellido,
sigo siendo el de siempre.
Déjale a mi caricia libre tránsito.
Llévame a recorrer lo recorrido
y saborear el vino del presente
en odres del pasado.
Sé la brújula tierna de mi guía.
No hagas que la palabra prohibición
monte guardia en ninguna de las partes
que conforman tu cuerpo.
Medita ¿no recuerdas, mujer, cuando
confundimos los puntos suspensivos
que vinieron un día hacia nosotros,
con el punto final irremediable
-dada la redundante afirmación
con que una y otra vez se presentaban?
Mi identidad se encuentra
en la sabiduría con que puede
mi tacto andar a ciegas en el mundo
y poner el manojo de huellas digitales
que cargo entre las manos
nuevamente a tus pies, amiga mía.

sábado, 29 de julio de 2017

Cuarta sesión de El club de los negocios raros





En cuanto a lo referido por Basil hacia Chadd, con respecto a los zulúes, tiene que ver con que al investigar minuciosamente a éstos y, posteriormente, categorizarlos, el profesor se ha ido distanciando cada vez más de ellos, ya que no se reconoce dentro de ese grupo, o, por cierto, incluye a ellos en su grupo; es decir, el profesor está dentro del grupo civilizado, mientras que los zulúes, sobra decirlo, del lado salvaje. Por el contrario, el juez al no poder diferenciar a unos de otros, al no categorizar su esencia, su comportamiento, su lado salvaje, está más cerca del zúlu.

Las hermanas del profesor temen que su hermano pierda la cordura en su totalidad, que se vuelva un loco disfuncional –si se me permite la expresión- y que, por tanto, ya no sea capaz de trabajar, de proveer, de pagar las cuentas.

En la historia nos topamos con varios personajes femeninos, la señorita Jamerson, lady Beaumont, por supuesto, las hermanas del profesor, la doncella y la anciana, las cuales desempeñan papeles secundarios, con excepción de la última, quien es parte importante del último episodio.

Según mis pesquisas, de hecho, las conductas tanto de la anciana como la del profesor encajan porque ambos están actuando, son actitudes artificiales para sacar de balance el pensamiento de Sherlock, perdón, de Rupert.
Ahora, considero que el negocio del profesor Chadd consiste en la creación de nuevos lenguajes, mientras que el de la anciana es, por decirlo de algún modo, una persona que renta para purgar condenas.  

Con respecto al tipo de novela que es El club de los negocios raros, bueno, diría que son relatos cortos policiacos mezclados con intrigas y situaciones absurdas y con tintes cómicos.

Hay diferentes formas de divertir y hacer reír sin recurrir a los chistes, por ejemplo, con una secuencia de imágenes, con situaciones absurdas,  recurriendo al humor negro, recurriendo a la ironía, etc.

Pues bien, considero que el libro que leímos en este mes está lleno de escenas absurdas, es más, considero que el libro en sí es una oda a lo absurdo. Y, creo que lo anterior se debe a que la vida misma, en muchas ocasiones, es una constante secuencia de imágenes, situaciones, vivencias, que, dicho sea de paso, son absurdas.

Una vez que nos enteramos que el juez es el presidente del club, las hipótesis que realizó de los diferentes acontecimientos resultan ordinarias, un tanto, en el fondo, como un timo, ya que conocía, con anterioridad, lo que sucedía.

El club de los negocios raros

En un inicio pensé que este libro iba de una historia de fantasía, después creí que iba en una especie de reflexión de la locura, sin embrago, creo que la cosa no va por ahí. El libro (el autor), en verdad, según yo,  se burla un tanto de los escépticos, de los Sherlock Holmes, de las personas que creen que razonando todo con minuciosidad se pueden resolver todo y es que, por cierto, pensar de sobremanera en lugar de invitarnos a la acción, en ocasiones, nos mantiene en el limbo de las ideas inertes, como en el libro de Rendición de Ray Loriga, o nos lleva por deducciones equivocadas.

Como última actividad compartan con nosotros una reflexión general de la obra

lunes, 24 de julio de 2017

Tercera sesión de El club de los negocios raros



Bueno, con respecto a los tres negocios mencionados y el posible hilo que los une, creo que tiene que ver con que éstos son servicios, son experiencias, escenarios que se crean para atrapar a las personas, más que la adquisición de un producto. También, a propósito, se podría decir que cuando adquieres dichos servicios no estas adquiriendo algo tangible, una creación física, sino una esencia, un subproducto de la mente humana, una idea.
Ahora, considero que Chesterton construyó las profesiones que aparecen en su libro, por cierto,  a partir de las observaciones que veía en su día a día, en su trato con los demás, de la situación de su entorno. Pues al hacer esto uno se puede dar cuenta de los nichos, las oportunidades,  que hay para emprender determinado negocio. Por ejemplo, hace poco salió una nota, en la cual se “hablaba” de un invento (una mochila que servía como protección antibalas)  creado por un niño para enfrentar la situación de violencia, sobra decir que dicho emprendimiento surgió de ver la situación por la que atraviesan varias zonas del país.

En cuanto a Chesterton y su fervor religioso, debo de admitir que hasta el momento no he encontrado nada de dicho sentimiento en la lectura, o, al menos el fervor que uno está acostumbrado a ver, como el hecho de santiguarse, pedir ayuda mirando hacia el cielo, el lenguaje cargado de dogmas, de cerrazón, de intolerancia. De igual forma, sobra decirlo, no he vislumbrado personajes, particularmente religiosos, tipo Ned Flanders o el niño predicador.

Rupert es un joven escéptico que, por ende, duda de todo y todos de una manera, llamémosle, extrema. Todos le parecen criminales, todas las situaciones, mentiras, siempre cree que hay, como popularmente se dice, gato encerrado. Por ello trata de desenmascarar al teniente, ya que las historias que le conto le parecen creaciones producto de la imaginación, aunque su hermano las crea verídicas, también lo hace para demostrarle a su hermano que no todas las personas son buenas como él y, dicho de paso, demostrarle que se equivocó.

El personaje de Basil es tranquilo, un tanto callado, lucido, con un conocimiento amplio de la condición humana, sin embargo lo que sobresale de él es su pensamiento, esa cualidad de ser capaz de entrever más allá de lo evidente, esa capacidad de ver entre las capas de los sucesos y de las personas, esa habilidad de resolver casos que se salen de lo común. El juez tiene un don. Ahora bien, tanto Rupert como Charlie saben que dicho don le permite a éste resolver casos peliagudos, de ahí que esperen esos espasmos de locura/lucidez. 

En relación a lo que se puede leer en La singular especificación del agente de fincas, se le pueden dar dos lecturas a dicho párrafo. Primera, que la honestidad (en un cien por ciento), pese a que muchas personas dicen que la adoran, se lleva muy mal con la naturaleza humana, ya que ésta nos muestra cosas que no nos gustan, que nos incomodan, que no queremos escuchar, muchas veces. Segunda, que en una sociedad acostumbrada a decir medias verdades, verdades mezcladas con mentiras, cuando alguien dice tal y como sucedieron los hechos, se le suele mirar con escepticismo, con cierta suspicacia, ya que rompe con lo establecido.


sábado, 15 de julio de 2017

Segunda sesión de El club de los negocios raros



Sin duda que creo que existen negocios que son parcialmente nuevos en la historia. El primero es el de catador de cannabis, quien se encarga de probar las distintas variantes de dicha planta y catalogarlas según sus cualidades. El segundo es el de cibercriminal, quien se caracteriza por vender una amplia gama de sus servicios, desde atacar a una empresa rival, paquetes de explotación, espionaje, hasta robo de datos. El tercero es el de redes de escape, este negocio se enfoca en ayudar a funcionarios de cargos altos a escapar.

“Podría” ser que estuviésemos ante una nueva infancia del mundo, esto por el potencial y los usos que se le puede sacar a la ciencia y tecnología, no obstante, depende del uso que se les de.

Con respecto a las palabras de Northover, tienen que ver con el hecho de que, si bien, el teatro, la lectura, las imágenes, nos acercan a mundos artísticos espectaculares, éstos son meras aproximaciones a las experiencias que una persona vive.

Tanto el poema de Walt Whitman como el de Jaime Sabines, en el fondo, hablan de lo mismo. Hablan del hartazgo, del hastío que produce vivir una vida rutinaria, una vida sedentaria, una vida predecible, una vida sin aventuras. Hablan de desear que algo suceda, y dicho de paso, que les cambie la vida o que los empuje hacia la libertad.

Acerca de lo que dice Basil sobre los barrios bajos y decrépitos, son palabras que brotan de alguien  que conoce de sobra la condición del ser humano, característica que le permite ver las capas intrínsecas de dichas personas y sus entornos. 

En cuanto a Basil Grant, éste se retiró de su trabajo voluntariamente porque en sus últimos juicios ya desvariaba un poco, por ejemplo, se ponía a cantar. A raíz de lo anterior, por cierto, se especulo que había quedado chalado. Ahora, no creo que estuviera completamente loco, digamos parcial, ya que no se azotaba contra la pared, no se comía sus desechos, no decía palabras inconexas, no se encontraba sumergido en otro mundo, como he visto que algunos “locos” lo hacen.

En relación al juez y el detective, la principal diferencia se da en la forma que, por cierto, tienen en sacar sus conclusiones; el juez ve entre las capas de los acontecimientos.

El negocio del Organizador de la Réplica Inteligente me pareció muy similar al de la ropa y fajas que te hacen ver más delgados, o al de los asesores que te dictan por “chícharo” lo que tienes que decir para parecer más inteligente y elocuente en tus presentaciones, ya que te faltan sesos, o al de los escritores fantasma; es decir, una simulación, engañarse a uno mismo, venderles una imagen a los demás de alguien que no eres, una vil farsa.
Dicho negocio sigue siendo necesario hoy en día, sobre todo para aquellas personas  que ansían proyectar una imagen diferente de  la que les corresponde.
Y, en definitiva, no contraria el servicio, ya que prefiero lograrlo por méritos propios. Prefiero seguir el camino del autodidacta.