Las personas
se enferman y se deterioran más en Cumbres Borrascosas, porque hay un ambiente
propicio para ello. En aquel lugar se fomentan las malas emociones: ira,
violencia, humillación, mentira, abuso, etc., lo que genera un lugar hostil, de
constante estrés, de constante tensión, lo cual es malo para la salud física y
emocional de todos.
La
enfermedad es la tela sobre la cual se borda la historia en Cumbres
Borrascosas. Ésta es el factor que propicia que las cosas tomen determinado
rumbo y no otro. La enfermedad es, en cierta medida, el detonante de que
sucedan varios acontecimientos, por ejemplo, si Isabel no hubiera muerto quizá
Linton hubiese sido diferente.
Tal vez
aquel letrero en la puerta, “Hareton Earnshaw 1500”, era un guiño, un presagio
de lo que acontecería. Tal vez aquel letrero estaba allí para mostrarnos lo
cíclica que, en ocasiones, es la vida, la realidad.
En relación
al final, la verdad es que creí que el forastero iba ser quien rescatará, se
enamorará, de Cati, como en muchos clichés. No pensé que los primos terminarían
juntos; no después de que Hareton también contribuyo con la desdicha, con el
encierro de Cati. Es más, por cierto, hasta en una ocasión le metió un bofetón.
El asunto me huele al Síndrome de Estocolmo.
Hay que
destacar que Linton nunca amó a Cati, según mi perspectiva, él trataba de que
pareciese así porque su padre lo quería de esa forma y, sobra decirlo, le tenía un miedo infernal,
ora porque lo golpeaba, ora porque lo insultaba, ora porque lo amenazaba. Además,
Heathcliff fue destruyendo poco a poco la confianza y la personalidad de su
hijo hasta volverlo un estropajo, un títere, logrando con ello que cumpliera
sus deseos.
El final,
debo de admitirlo, me sorprendió un
poco, ya que mis expectativas apuntaban en otra dirección; como la historia se
venía pintando un tanto lúgubre creí que, uno, Cati iba a terminar huyendo con
el forastero, dos, junto con Hareton iban a unir fuerzas y pelear, matar quizá,
al demonio, tres, envenenar a su captor. No obstante, ya intuía algo, ya que si
analizamos a fondo el texto, de hecho, las tres mujeres de la historia terminan
enamorándose de los tipos huraños, inexpresivos, impulsivos; en ese sentido el
final es congruente con la línea de la novela.
Creo que el
protagonista de la novela, sin duda, sería el demonio, ya que fue a raíz de su
llegada que la enfermedad y los rencores y las divisiones comenzaron a posarse
sobre Cumbres Borrascosas, cual si fuera una nube que avisa sobre la llegada de
una tormenta.
Cumbres
Borrascosas
Mi
primera impresión sobre la novela fue, de hecho, que iba a desarrollar una
trama romántica, ya saben tipo: se enamoraron de jóvenes pero distintas
circunstancias los separaron, hasta que se rencuentran y viven una explosión de
“amor”. No obstante, me sorprendió un poco, ya que siempre sentí un ambiente lóbrego,
un tanto obscuro. Y es que la forma en la que están planteadas las relaciones
afectivas de las personas, me pareció que rayan en lo enfermizo, ya que había
golpes, violencia, apego, sometimiento, etc. Ni que decir del final donde, por
cierto, Cati se enamora de uno de sus captores y justifica su actuar. La verdad
es que siempre espere que se unieran para desterrar al demonio, sobra decirlo,
no lo hicieron. La única que actuó fue Isabel, la cual decidió pelear y huir
para comenzar de nuevo. Al final me quedé, a propósito, como que diablos paso aquí.