sábado, 28 de julio de 2018

Tercera sesión de La ignorancia



Irena considera como  “falsas despedidas” lo que ocurrió con sus amigas y su madre porque, en el fondo, no cumplen con las expectativas que se había imaginado sobre su partida: mostrar los sentimientos, unas palabras de aliento, lágrimas, risas, abrazos, algo de calor humano, etc.

La descripción que hace Irena de esa parte de Praga, tiene que ver con que percibe que aquello es artificial, ostentoso, fuera de lugar, una fachada que muestra al mundo una ilusión, una proyección de lo que se aspira.
Ahora bien, algo similar se puede observar en los anuncios turísticos de nuestra ciudad (zonas céntricas), CDMX, centros comerciales inmensos, corredores turísticos que lucen bien, restaurantes de lujo, seguridad al tanto del turista, danzantes aztecas mostrando nuestro pasado “grandioso”, pero nada de la periferia.

Josef espera encontrar todo como lo recuerda antes de su partida porque, uno, sobreestimaba el porvenir, como todos, dos, el tiempo y los recuerdos y la memoria se estancaron para él, se detuvieron, como en una fotografía, tres, por ignorancia.

La opinión que habla de la edad de la ignorancia -concuerdo en parte-, hace referencia a que en dichos años, 20, las personas desconocen muchas cosas del mundo, de la sociedad, de ellos, que harán que tomen determinadas decisiones que los conduzcan, puede ser, en el camino correcto (muy seguramente habrá personas que vivan en plenitud o acostumbradas) o en uno lleno de arrepentimiento, ora porque no se disfruto la juventud, ora porque no quería ser madre, ora porque me equivoque de carrera, ora porque no me quería casar, ora porque no quería emigrar.
Ahora, las personas que no siguen la ecuación antes citada, pues trabajan, ponen un negocio, se enamoran, viajan, se drogan, viven de sus papas, tienen sexo, leen, beben, etc.

Con respecto al intento de suicidio en la nieve, debo decir que, hace algún tiempo ya había leído el texto (aunque no lo recordaba completamente), por consiguiente sabía, vagamente, que Milada era realmente quien había intentado llevarlo a cabo. De hecho en la segunda sesión en la pregunta que hacía referencia a dicho evento, por cierto, puse “chica” en lugar de Irena, ya que pensé que la pregunta estaba equivocada (ahora sé que fue un anzuelo).

Sin duda que si tuviésemos que elegir la historia desafortunada de “amor” de la narración, no es la única, sería entre Milada y Josef, porque ésta tuvo la desgracia de toparse con un tipo 
mezquino, sádico, un idiota, que la marco para siempre, que la destruyo.  Un claro ejemplo de lo que no es amor.

Pues realmente no sabemos que espera de su encuentro con Josef, Irena, de su propia voz. Solo podemos especular que, en el fondo, después de toda una serie de nuevos cambios en su vida adulta, Irena, siente que naufraga, por su regreso a Praga, porque ante la personalidad de su mamá se empequeñece, se acobarda, porque poco a poco se ha abierto una brecha con su pareja. Es entendible que  sienta que se ahoga entre aquellos mares y que necesite a alguien que le arroje un salvavidas. Es precisamente ese salvavidas el que espera que le lance Josef en su encuentro.

Considero que la razón por la que Josef no se queda con Irena, se debe a que, en lo profundo de su ser, no está preparado para amar a alguien más, para empezar de nuevo, porque la herida, el fantasma, de su esposa, aún se encuentra muy fresco.

Josef tuvo a muchas mujeres en Praga, pero ninguna que fuera como una hermana.  Hasta que encontró a Irena, quien al igual que él era hija de la misma patria, de la misma historia, del mismo sentir.


La ignorancia

El texto que leímos en esta ocasión aborda varios temas. El primero, central,   es el que tiene que ver con la percepción, cómo viven  el exilio las personas que por determinas circunstancias deciden emigrar en busca de una nueva vida, un nuevo comienzo, mejores condiciones políticas, dejar atrás el pasado. El segundo es el que aborda una de las cosas más débiles, alterables, poco confiables, que tenemos las personas, la memoria, esa parte que crea una película alterna a la que se vive. El tercero es el que aborda el clima político, el régimen, que empujo a muchos a dejar su patria. Por último, no menos importante, tenemos el tema del gran regreso, aquellos, como Ulises retornando a su Itaca, creen que su lugar seguirá igual, inmutable, como lo recuerdan, pero todo habrá cambiado, todo les será ajeno.






viernes, 27 de julio de 2018

Segunda sesión de La ignorancia



Con respecto al tema de los migrantes, considero que hay varias percepciones que se tienen de éstos, habrá quienes crean que quienes parten en momentos difíciles de sus países son traidores, cobardes,  habrá quienes vean bien que partan en busca de mejores condiciones de vida, habrá quienes los vean como invasores y se estén preparando para atacarlos, habrá quienes los recibirán con los brazos abiertos, habrá quienes impulsaran la amalgama de culturas, personas, habrá quienes protegerán la “pureza” de su “raza”.
Ahora, como muchos mexicanos, supongo, alguna vez ha cruzado por mi mente emigrar al gabacho, como muchos de nuestros familiares, hermanos, tíos, no obstante, la situación que se ha desatado, más bien ha despertado,  del odio al migrante, claro, si no se tiene aspecto escandinavo, me lo ha hecho replantear, porque no soy un tipo que se quedé callado ante los ataques y abusos, y, por supuesto, tendría las de perder en una sociedad que criminaliza por la procedencia.

Tanto Irena como Josef parten de su país tratando de dejar atrás aquel pasado oscuro, aquel régimen malvado, aborrecen su vida en aquel país, para llegar a otro lugar y construirse otro futuro, mirando sobre el hombro con desdén. Ambos tratan de trasmutar en alguien más. Por ello, me atrevería a decir que los dos vivieron, no de la misma forma, similarmente el inicio de su exilio, como dos personas que están preparadas para lo que venga, para resistir, para no dar marcha atrás.
Asimismo, como dichos personajes partieron para no volver, no mantuvieron contacto con sus redes más cercanas, se desapegaron de sus raíces, huyeron de su vida pasada, debo decir que, los dos se sienten extraños en la tierra que los vio crecer, todo les resulta tan lejano, aquel lugar les sofoca, aquel que vivió esa vida fue otro. Su gran regreso fue una mala decisión, un fiasco.

La chica trata de suicidarse en la historia que nos acontece, ya que se sentía herida, se sentía triste, por una visión del amor romántico corrosivo, porque quería llamar la atención del tipo que la lastimaba, por falta de amor propio.

Josef decide destruir su diario porque trata de matar simbólicamente a la persona que un día fue, trata de hacer que el pasado permanezca en su lugar polvoriento, trata de separar lo que, considera,  fue de lo que es, trata de ocultar cuando le excitaba hacer sufrir a su pareja, trata de no dejar constancia de aquel chaval.





miércoles, 25 de julio de 2018

Primera sesión de La ignorancia




Por lo que se refiere a la capacidad que tenemos de olvidar, sin duda, tiene que ver con el hecho de borrar o no almacenar cosas que no tienen trascendencia para nosotros, que carecen de importancia. Ahora, realmente cuestiones o sucesos que fueron duros, importantes, no los olvidamos, como se suele decir popularmente, sólo cambian de lugar en la memoria, con ello pierden su fulgor, su poder, nos alivian, nos aligeran.

En cuanto a poder recordar todo, la verdad es que considero que es un arma de doble filo, por un lado tendríamos muchos datos para analizarlos y sacarles el mayor provecho, pero, por el otro, como solemos ser las personas, nos traería desgracias, sufrimiento, dolor, ansiedad, paranoia.

El olvido y la ignorancia son diferentes, ya que para llevar a cabo lo primero es necesario saber de antemano que se desea cercenar, mientras que en el segundo, de hecho, se desconoce. ¿Cómo se puede cortar algo que no se sabe?

“Hay cosas que nosotros no queremos saber ni creer” porque cimbran nuestro mundo, nuestro amor, nuestra cosmovisión, nuestra forma de percibir la vida y la realidad y las cosas, nuestra fe. Al saber dichas cosas, por cierto, no hay vuelta atrás, para bien y mal.


Las personas ocultamos cosas a los demás porque no queremos que se enteren, de circunstancias, de secretos, de manías, de crímenes, de parte de nuestra personalidad, de amoríos, y que esto nos pueda traer consecuencias.

Antes que nada, creo que no sería capaz de leer el diario personal de alguien sin su consentimiento, a menos que se haya muerto, porque considero que es algo muy intimo, y no me gustaría, aplicando el pensamiento de cambio de posición o, mejor conocido, empatía, que alguien me aplicara lo mismo.    

El amor se suele relacionar con sentimientos positivos, pero también con la angustia, la tristeza, el sufrimiento, por que se da, al menos en los humanos, uno, entre seres emocionales, dos, las personas cambian, tres, la memoria nos impide olvidar errores o recordar sucesos importantes, cuatro, por no saber cosas que se deberían, cinco, por mentir.

Sin duda que escribir sobre algo que no se conoce puede ser muy difícil, tal vez imposible, ya que no se tiene una base sólida sobre la cual apoyarse, no obstante, puede ser que investigando arduamente, junto con el talento,  se llegue a construir de manera veraz la vida de otros.



martes, 3 de julio de 2018

Tercera sesión de Las brujas de Salem



Considero que la razón por la que el reverendo cree que Proctor es dañino, en el fondo, tiene que ver con el hecho de que no se comporte de acuerdo a sus estándares, su visión, su forma de ver el mundo, como se tendrían que comportar los buenos según su sesgo. Lo anterior ha generado que ambos personajes se detesten, que el ambiente se ponga tenso cuando se encuentran.

Las pruebas en su contra por las que se acusa a Proctor son: atacar al tribunal, ser dañino, no ir a la iglesia todos los domingos, arar la tierra los días de descanso, no conocer al pie de la letra las sagradas escrituras; lo que, de acuerdo a los estándares de “buena persona” de aquella época (marcados por la religión y el oscurantismo), hay que destacar, merece ser castigado.

Hay que tener en cuenta que las personas juzgamos a otras por lo que hacen (si vemos  que alguien tira basura, de hecho, lo consideramos un cerdo), por lo que nos hacen (si alguien nos asalta, en automático, lo consideramos una rata asquerosa, un paria, una lacra de la sociedad), por lo que asumimos que nos hacen (si alguien comenta o escribe sobre determinado tema, muchas veces no lo tomamos personal).
Así pues, creo que la mejor manera de juzgar a los otros, siempre y cuando respeten las reglas de convivencia, muestren rasgos éticos, es conocerlos en primera instancia, vivir y dejar vivir, respetar la otredad, centrarnos en los puntos en común.  

Vale la pena decir que cuando en determinada sociedad se mezclan las leyes y la religión, es muy probable, que se disparen los abusos, que se realicen toda una serie de detenciones y acusaciones arbitrarias, motivadas por la venganza, por la envidia, por el rencor, para sacar algún provecho, para tener el control. Derivando en una fragmentación del tejido social, generando enojo ante los abusos, revueltas. Aunque nos suene distante lo anterior, de hecho, en algunos países y poblados se sigue implementando estas mezclas aún.
Ahora bien, la mejor forma de apoyar o desacreditar una ley, idealmente, tendría que ser con datos, con información robusta, no con ideas sesgadas de la religión.  

Ni Danforth, Parris, Hale, Hathorne, son buenos jueces, según mi percepción, ya que más que juzgar hechos, bases solidas, datos duros, se valen de interpretaciones de ideas, de confesiones sin sustento, de acusaciones truqueadas, visiones sesgadas, de la religión, para “resolver” los casos. Más que brindar justicia, en pocas palabras, son ejecutores.

Hay que tener en cuenta que Parris llora porque en el fondo de su mente, de su ser, sabe que sobre su cabeza hay sangre de inocentes derramada. La culpa vuelve una y otra vez para recordárselo y atormentarlo. Sin olvidar, claro, que a raíz de lo anterior dicho, su vida corre peligro, ya que varias personas lo señalan como uno de los ejecutores. El miedo es capaz de destruirte lentamente.

Con respecto al porqué Proctor no quiere firmar, tiene que ver con que al hacerlo, un hombre que es respetado en el pueblo, estaría aceptando que los demás condenados son culpables, cuando él sabe que son inocentes y que, muchos de ellos, fueron acusados por viejas cuentas, para quedarse con sus terrenos, como venganza. Además de que al firmar, por cierto, estaría legitimando el proceso arbitrario y sin sustento de las ejecuciones, estaría dándoles la razón a los ejecutores.


Las brujas de Salem

El texto que leímos en esta ocasión retrata la forma en que las personas, las sociedades, los grupos de poder, suelen realizar acusaciones y detenciones arbitrarias, movidas por la venganza, el rencor, la intolerancia, el racismo, el clasismo, el odio, por ser diferentes, para callar. Y como ante tales circunstancias las personas, muchas que se autodenominan buenas, se aprovechan para sacar ventaja o, simplemente, callan ante tales abusos.
Asimismo, la obra, en el fondo, retrata como las personas se mueven en el mundo, mundo de tiempos cambiantes y de arenas movedizas, utilizando mascaras de acuerdo a la situación. Ante los demás se muestran como seres rectos, elevados, virtuosos, pero cuando nadie los ve, los conoce, cuando se presta la ocasión, sacan a relucir su parte más visceral, su parte más negativa, su parte más obscura. Por ello, quizá, cuando alguien proclama la frase “somos más los buenos” suelo reírme amargamente, porque sé que es una mentira, porque he visto, porque conozco nuestra naturaleza.