lunes, 24 de junio de 2019

Segunda sesión de Oso



Las razones por las cuales hay personas que consideran mágica y mística a la naturaleza pueden ser, uno,  la forma en cómo ven y sienten la realidad, su cosmovisión, dos, porque al volver a la naturaleza, de hecho,  se vuelve a nuestro origen en donde vivimos miles de años y, por cierto, nos explicábamos el mundo de una forma animista, tres, al hecho de cambiar de paisaje, del urbano al natural, nuestra mente se vuelve más perceptiva, más atenta, lo cual genera que prestemos más atención hacia los detalles, cuatro, se puede deber al llamado estado de dios, donde ciertos aspectos, características, nos hacen entrar en un estado de trance, cinco, porque después de todo, por muy racionales, seres superiores que nos consideremos, todos tenemos una parte reptiliana dentro de nosotros.
Ahora, creo que el hecho de que una persona considere mágica y mística a la naturaleza no tiene que ver con el medio en el que nació, exclusivamente, sino con una percepción, relación, forma de pensar.

Vale la pena decir que a medida que Lou conoce cada vez más al oso, en el fondo, la percepción humanizada de mujer madura tranquila, sosa, se va desmoronando y va emergiendo la figura de un animal peligroso, poderoso, con instintos salvajes. Además de que la idea de tener el control se va esfumando.

Los puntos por los cuales Lou se siente por encima del oso, Brumell y Cary son, uno, por los whikys que se ha tomado, evidentemente, dos, por lo que se suele denominar la chaqueta mental, tres, porque considera que, por un lado, mientras Brumell y Cary yacen bajo tierra, devorados por gusanos, en un lugar frio y obscuro, ella se encuentra disfrutando de las cosas, por el otro, “cree” tener la sensación de control sobre un animal poderoso y salvaje.

En la mente de Lou se va formando la idea de que tanto el oso como Brumell comparten un vínculo, primero, porque tienen cierto parecido fisiológico, según su visión, segundo, por el comportamiento, esencia, salvaje, que ambos suelen tener. O podría ser que ella, en el fondo, considere que el oso es una reencarnación de dicho personaje.

viernes, 14 de junio de 2019

Primera sesión de Oso



Con respecto a cuál es mi libro favorito, la verdad es que no tengo uno solamente, tengo un grupo nutrido de ellos, los cuales me han sorprendido, desvelado, enojado, nutrido, incentivado al dialogado, con sus maravillosas historias.  Uno de ellos es Solaris de Stanislaw Lem, ya que en sus páginas se pueden encontrar preguntas, análisis, sumamente interesantes, que te hacen ver las cosas de distinta manera. Y, si tuviera que resumirlo en una oración sería: ¿Cómo pretendes conocer a los demás, cuando no te conoces a ti mismo?

He leído varias historias en las que algún animal es el protagonista o tiene un papel importarte como en El salvaje de Guillermo Arriaga, Las cucarachas no tienen rey de Daniel Weiss, Juan Salvador Gaviota de Richard Bach, El viejo y el mar de Hemingway, El cuervo de Allan Poe, Los perros duros no bailan de Arturo Pérez Reverte, etc. No obstante, creo que en dichos animales siempre podemos encontrar una pizca de humanización, tal vez se deba a que compartimos varios aspectos con ellos, que somos similares, o tal vez porque no tenemos parámetros para saber cómo son en realidad,  solamente hacemos interpretaciones antropocéntricas.

Las historias en donde hay personas que regresan a la naturaleza son escritas, narradas, porque se tiene la sensación, impresión, el sentimiento, que hemos perdido nuestra esencia, que nos hemos extraviado en la vorágine del ruido y del smog y el capitalismo salvaje,  que no se puede hacer una introspección a fondo en las ciudades monstruo. Sin embargo, no es necesario que para todos sea válido la tesis anterior, ya que, muy seguramente, hay personas que pueden conocerse mientras leen un libro en sus cuartos, o ven una película,  o mientras observan el paisaje citadino, etc. Es una cuestión de fondo y no de forma.
Ahora, las personas tenemos la necesidad de encontrarnos a nosotros mismos para liberarnos del cascaron, para saber a dónde vamos, para romper con los esquemas que nos han impuesto, para ser libres, para entender lo que nos rodea, para comunicarnos con los demás. O tal vez se deba a que los humanos necesitamos encontrar una razón para seguir adelante. O tal vez se deba a que se puso de moda entre determinados grupos de personas.


sábado, 1 de junio de 2019

El libro de cabecera



Con respecto a qué si hay alguna diferencia entre escribir un diario, un recuento de observaciones, listas, pues diría que cada uno tiene sus particularidades, la estructura que deben seguir, su forma.

El hecho de que los japoneses del siglo X practicaran, tuvieran una afición por los diarios personales,  los libros de la almohada, nos revela que eran personas que les gustaba ejercitar el pensamiento, plasmar la realidad, enriquecer el espíritu.

Las descripciones de Kiyohara, según pude “ver”, de hecho, tienen ambos aspectos, críticas, descriptivas. Un claro ejemplo lo podemos encontrar en el episodio 117, donde podemos  apreciar como, por un lado, nos describe cómo comen los carpinteros, por el otro, nos dice que no le parece encantador, no le gusta, se le hace falto de gracia.

El episodio que más me gusto fue el 92:

Poco después del vigésimo día del Noveno Mes emprendí una peregrinación al templo de Hase y pasé la noche en una habitación sencilla. Estaba agotada y me quedé dormida en el acto. Cuando me desperté, bien entrada la noche, la luz de la luna llenaba la habitación e iluminaba la ropa de cama de todas las personas en el cuarto. Su claro y blanco brillo me conmovió. Es en tales momentos que la gente escribe poemas.

Porque en él se toca el tema de aquellas situaciones, vivencias, sentires, que nos calan en lo profundo de nuestro ser, que se nos quedan grabadas por su profundo impacto, que nos sobrepasan, que nos incitan a plasmar su belleza, su halo sobrenatural.

En un inicio Sei no quería que se conocieran sus escritos, su diario, porque, primero, pensaba que las personas que allí aparecen no se lo iban a tomar bien, segundo, porque los sentía íntimos, tercero, porque consideraba, al compararlos con  otros, con los grandes escritores, que no estaban a la altura.
Ahora, la razón por la cual sigue vigente entre los lectores, después de once siglos, tiene que ver con la visión que nos muestra, por su escritura poética (siguiendo la tradición, su padre fue poeta), porque está bien escrito.

Por lo que se refiere a la selección de dos listas, las siguientes son las mías:

Cosas y personas que deprimen
Personas que realizan disparos al aire.
Personas que tiran basura o la queman.
Personas que repiten los mismos patrones sin cuestionarse.
Personas que saben leer pero no lo hacen.
Personas que no son críticas.
Personas que normalizan situaciones aberrantes.
Personas que se victimizan.
Personas que abusan de su poder.
Personas que oprimen.
Libros inflados artificialmente.
Transporte en pésimas condiciones.
Electrónicos desechables.
Productos engañosos.

Cosas que hacen latir deprisa el corazón
Que alguien te diga, sinceramente, que te quiere.
Ver a alguien después de mucho tiempo.
Un abrazo.
Una historia bien escrita.
Un poema.
Una noticia esperada.
Tocar a un animal.
Un susto.
Tener sexo con alguien a quien amas.
Un temblor.
En ladrido de un perro.
Una muerte.
Un mensaje.
La naturaleza con su hermosura y su brutalidad.

El libro de cabecera

Es un texto, escrito por Sei Shonagon,  que reúne descripciones, recuerdos, anécdotas, situaciones, conductas, listas, del siglo X, en Japón. En él se nos narra lo que acontece en el día a día, desde su visión, de forma poética, lo que hace que cada episodio adquiera una profundidad espectacular.