sábado, 25 de mayo de 2019

Segunda sesión del Libro de cabecera



Utilizar y pulir la memoria con poemas, por cierto, era bien visto  en la sociedad que nos muestra Sei, porque demostraba cierto nivel de conocimiento cultural, gusto por las artes, el uso de pasatiempos elegantes.
Ahora bien, la verdad es que no tengo tan pulida, desarrollada, la memoria para grabarme varios volúmenes de poesía, ya que a mí, más que recordar cada punto y coma, me gusta leer, tener soliloquios, parafrasear, transformar, darles mi “toque” a las ideas, conceptos.

Con respecto a qué otras actitudes resultan iguales a las que suceden en el texto en la actualidad; uno, que alguien que ha prometido visitarnos no cumpla su promesa; dos, alguien sin los conocimientos necesarios, por cierto, discute cualquier tema como si lo supiera todo; tres, utilizar lenguaje rebuscado en una charla para demostrar superioridad.

Las personas que pudiesen tener una visión del mundo, actualmente, como la de Sei Shanagon, serían aquellas que tuvieran/desarrollarán una sensibilidad pulida, quisieran entender cómo funcionan las cosas, el entorno, la naturaleza, fueran observadores, se maravillarán ante la belleza y lo cotidiano.
Sin duda que me considero un observador, ya que me gusta ver y tratar de entender lo que sucede en mi alrededor, los fenómenos naturales, el comportamiento del universo y la vida.

Sei nos demuestra, deja en claro,  en su texto que pertenece a la corte, al afirmar lo siguiente:

Ojalá pudieran convivir con nosotras, aunque solo fuera como servidoras, para darse cuenta de las delicias que están a nuestro alcance.

No soporto a los hombres que piensan que todas las servidoras del Palacio son frívolas y malas. Ese prejuicio es comprensible. Al fin y al cabo, las mujeres de la corte no pasan su tiempo escondiéndose modestamente detrás de abanicos o de biombos. Van de un lado a otro y miran de frente a las personas con las cuales se cruzan. Todas las damas de la corte se miran y pueden asimismo mirar cara a cara a Sus Majestades Imperiales…

Haciendo un ejercicio de visualización con respecto al proceso de escritura de Sei, creo que en ocasiones escribía las descripciones de algunos sucesos, acontecimientos, de un tirón, cuando la inspiración le llegaba, en otras de forma espaciada, las listas, pues iba agregando otras cosas que se le habían pasado por alto, otras veces no surgía nada, otras veces no le gustaba lo plasmado.






domingo, 19 de mayo de 2019

Primera sesión de El libro de cabecera



Con respecto a las listas, por cierto, suelo hacerlas para recordar cosas que debo comprar, tareas por hacer, libros que tengo que leer, para planificar mi día, futuros proyectos.
Ahora, las realizamos porque no nos confiamos al cien por ciento de la memoria, porque somos despistados, para tener un mayor control de las cosas, para planificar.
Y hay de todo tipo, de hecho, listas de los libros más vendidos, canciones que dejaron huella, películas, videojuegos, series, videos más visualizados, personas que hay que asesinar, etc.

Los humanos seguimos teniendo algunos aspectos que se han mantenido iguales a los de nuestros ancestros, seguimos siendo viscerales,   seguimos teniendo algunos comportamientos, seguimos teniendo algunas ideas, creencias, seguimos teniendo los mismos sentimientos, seguimos teniendo el mismo cerebro, etc., no obstante, en la medida en que ciertos factores cambian, como la cultura, el lenguaje, entre otros, las personas también lo harán, tal vez mínimamente, tal vez imperceptiblemente.

Según he podido leer en algunos artículos, en el fondo, la cultura y el lenguaje de cada país influyen en la percepción que se tiene sobre su entorno, sobre la realidad, sobre algunos pensamientos, sobre algunos comportamientos,    por ello es muy probable que dos personas de distintas épocas y culturas y lenguajes se comporten de formas distintas.   

Sin duda que he sentido, muchas veces, curiosidad por conocer otras culturas, formas de percibir las cosas, cosmovisiones, lo que nos hace humanos, por ello es que en mis lecturas me gusta ir incluyendo a escritores de diferentes partes del planeta que me muestren lo anterior, desde Brasil hasta Polonia. Lo que ha derivado en que mi mente, cual bosque diverso, robustezca su visión de las cosas, descubra los pros y los contras de cada una, encuentre las similitudes y las diferencias, descubra los códigos culturales, encuentre las falsas verdades.

En relación a qué pienso de Japón, creo que es un país, como muchos otros, que tiene sus aspectos positivos y negativos, lejos de las proyecciones, de la promoción, de los puntos de vista sesgados, de la idealización que se suele hacer. No obstante, en comparación con nuestro país, sobra decirlo, es un Estado que funciona.      

Lo que la frase (los límites de nuestro lenguaje son los límites de nuestro mundo) nos trata de decir es que, siendo que el pensamiento siempre se hace en el lenguaje, pues, a mayor conocimiento de éste a través de la lectura, en teoría, mayor capacidad de razonar, entender ciertos aspectos del mundo. Así, una persona con un leguaje “limitado”, de hecho, tendrá una capacidad de pensar deficiente, un mundo más limitado, pequeño, creerá que es “especial”, que solamente él puede ver la “matrix”, las cadenas.

Es importante escribir nuestras propias ideas porque de esta manera ejercitamos y pulimos  y ampliamos nuestro volumen de pensar, lo que derivara en una mayor capacidad de entender ideas abstractas, de ver, de ampliar nuestros límites, de hacer a un lado en fanatismo.