viernes, 25 de abril de 2014

Tercera Sesión El baile.




Al organizar un baile para doscientas personas, y en el que sólo asistió una persona, la señora Kampf buscaba marcar una transición de un estado a otro de vida; es decir, lo que la señora Rosine era antes del ritual muere para dar paso a un nuevo ser durante el mismo.

Rosine de manera simbólica busca borrar su pasado lleno de carencias, para dar paso a un presente de abundancia. Sin duda, Rosine asocia su infelicidad a la pobreza que vivió una gran parte de su vida, y como consecuencia, cree firmemente que la riqueza le traerá la felicidad. Pero la felicidad no viene incluida con la riqueza, si bien, el dinero puede ser un medio que nos ayude a alcanzarla, no es la felicidad en si.

En las páginas 35 y 36 la señora Kampf nos dice:

¡Ah!, ¡la vida estaba mal hecha! Antes, su cara con veinte años, sus mejillas sonrosadas, pero también las medias zurcidas y la ropa interior remendada… Ahora las joyas, los vestidos, pero también las primeras arrugas… Todo eso iba junto… Cómo había que apresurarse en vivir, Dios mío, en agradar a los hombres, en amar… El dinero, los vestidos y los coches bonitos, ¿de qué servía todo eso sin un hombre en tu vida, un pretendiente, un joven amante? Cuánto había esperado ella ese amante. Había escuchado y seguido hombres que le hablaban del amor cuando aún era una muchacha pobre, porque iban bien vestidos y hermosas manos cuidadas… menudos patanes, todos. Pero ella no había dejado de esperar. Y ahora tenía su última oportunidad, los últimos años antes de la vejez, la autentica, sin remedio, la irreparable.

Al terminar de leer la conclusión a la que llego Rosine, nos damos cuenta de que está deseosa de vivir, de volver a sentirse deseada por un joven, de volver a amar y ser correspondida. Pues sabe que la vejez esta próxima y ésta no da marcha atrás. 

Los seres humanos somos seres emocionales, todos en algún momento nos hemos dejado “controlar” por la ira, la tristeza, el amor o los celos. Y, si a esto le sumamos  alguna carencia emocional, como en el caso de Antoinette, quien desde pequeña ha carecido de amor por parte de los padres. Entonces tendremos a una niña que siente celos por aquello que no tiene. Por ello, cuando ve a Miss Betty besándose con su novio, siente unas inmensas ganas de hacer daño, de desafiar, pues ella quisiera tener a alguien que la amara así.

Antoinette  necesita ver la culminación de su venganza; necesita ver como su madre se desmorona; necesita ver como los adultos también sufren, lloran; necesita ver la fragilidad de los seres humanos. Pero ante todo, necesita ver para ya no sentir miedo de los adultos.


Sin duda, Antoinette cambio a raíz de lo sucedido en el baile, ya que se dio cuenta de que los adultos a los que tanto les temía, también eran seres frágiles como ella. Y, por consiguiente ya no había porque temerles, lo que le dio mayor seguridad para enfrentarlos.

La sonrisa que gesticula Antoinette al ver a su madre en un estado de depresión, se debe a que le produce placer verla  destruida emocionalmente, como tantas veces estuvo ella. Sin duda, Antoinette se ha convertido en una niña resentida con el mundo, vengativa, amargada y hasta suicida.  Antoinette no sólo hizo pedazos las aspiraciones de su madre, sino que la destruyo totalmente. Tal vez por eso le dice “pobre mamá”, porque sabe que nunca lograra levantarse, e incluso se hundirá en la oscuridad.

Reflexión.

Los seres humanos tenemos la necesidad de sentirnos amados toda la vida. El amor es un sentimiento que hace más llevadera la vida, que nos da vitalidad cuando no la tenemos y que nos acerca a la felicidad. Esa, a la que todo el tiempo tratamos de encapsular pero se nos escapa entre los dedos. Y, es que tiene que ser así, pues los seres humanos no estamos diseñados para ser felices todo el tiempo, sin embargo, eso no nos detiene.





jueves, 17 de abril de 2014

Segunda sesión El baile.




En la novela El baile de Irène Némirovsky, se nos narran una serie de acontecimientos que se llevan a cabo para organizar un baile, que tiene como fin presentar a la familia Kampf en sociedad, en especial a la Sra. Kampf. La señora Kampf siempre ha anhelado pertenecer a la burguesía, para que de una vez por todas deje de sufrir y disfrute de sus mejores años, dándose una vida placentera. 

La historia cuenta con tres personajes, el señor Alfred Kampf, la señora Rosine Kampf y Antoinette, pero son los dos últimos los de mayor relevancia, ya que en ellos se centra una lucha que le da cuerpo a la historia. Dentro de la lucha constante que mantienen ambas, se centran historias de vida que marcaron a cada una. Por un lado tenemos a la señora Kampf que siente que su vida pasa frente a ella y que no la ha disfrutado por tener que estar en sucio agujero zurciendo calcetines. Y, por el otro, tenemos a una joven que en su corta vida no se ha sentido querida por su madre, es más, con el tiempo ha llegado a ver a su madre como un ser desconocido y sin importancia para ella.

Rosine llega a ser cruel y tiránica con su hija, constantemente la crítica, la insulta y la limita a ser una persona que obedece órdenes más que a ser una joven pensante. Esto porque según ella, quiere que su hija sea una joven inteligente, más refinada y sobre todo más educada. 

Conforme pasa el tiempo, las personas vamos almacenando una serie de recuerdos tanto buenos como malos. Pero por alguna razón, los recuerdos malos los recordamos con más vivacidad, éstos parecieran cobrar vida en los momentos menos esperados, arrebatándonos la tranquilidad, y sustituyéndola por el odio, la tristeza y el dolor. Es precisamente lo que le ocurre a Antoinette en algunas ocasiones, en especial cuando recuerda a su madre gritando por encima de su cabeza, <<esta niña que está siempre encima de mí>>, <<otra vez me has manchado el vestido con los zapatos sucios, al rincón, así aprenderás, ¿me has oído?, pequeña imbécil>><< ¿Quieres que te de un guantazo? ¿Sí?, y la quemazón de una bofetada. Esto ha generado que madre e hija se vean como rivales.

El señor Alfred Kampf siempre se ha mantenido al margen de las discusiones de su esposa e hija, y aunque en algunas ocasiones la ha defendido, no por ello se comporta diferente a la madre. El padre, lejos de proponer una o varias alternativas para lograr una sana convivencia entre la familia, sólo se ha mantenido al margen de la problemática, lo que lo convierte en parte del problema.

Desde el inicio de la novela nos queda claro que Antoinette es la protagonista de la historia, pues es su “voz” narrativa la que nos va mostrando vestigios del pasado de sus padres, así como del propio. También nos va describiendo lo que sucede alrededor del tan ansiado baile, de los personajes y de su propio sentir. 

Cuando la familia Kampf pasó a ser rica por un golpe de “suerte”, comenzaron a darse una vida de lujos y placeres antes sólo imaginados. Contrataron a una inglesa para instruir a su hija, compraron una nueva casa, contrataron más servidumbre y compraron todo aquello que se viera ostentoso. Una vez comprado esto, sólo les faltaba crearse una reputación entre la elite francesa. Por ello,  tenían que ser refinados y mostrar cierta educación ante los demás, en especial ante los sirvientes, pues según Rosine, eran ellos los que creaban reputación yendo de una casa a otra y contándolo todo.  

viernes, 11 de abril de 2014

Primera sesión El baile.





Todos los seres humanos buscamos cubrir todas nuestras necesidades básicas, las propias y las de nuestra familia. Una vez cubiertas, buscamos el reconocimiento de la sociedad, placeres, el poder, incidir en las decisiones importantes, trascender, ser especiales entre un cumulo de personas. Y, sin dunda, el dinero es un factor que puede ayudar a este propósito.

El dinero puede ser considerado “bueno” o “malo” dependiendo de la subjetividad de cada persona. Por ejemplo, para muchas personas de estratos sociales bajos, el no tener el dinero suficiente para cubrir las necesidades básicas, les hace pensar que éste tiene una connotación negativa. Mientras que para una persona que tiene la solvencia económica, como para no preocuparse por el “día a día”, el dinero tiene una connotación positiva.

Es una realidad que el dinero es un factor importante para cubrir las necesidades básicas de todos los seres humanos, pero ¿qué pasa en México? De acuerdo con el Banco mundial, 53% de la población mexicana vive en pobreza, y 19% en pobreza extrema. No sólo la pobreza ha crecido en México, también ha aumentado en un 7% el número de millonarios en nuestro país, lo que ha propiciado que se crezca la brecha entre ricos y pobres.

En el año de 1994, cuando se firmó el TLCAN, se nos dijo que había llegado la oportunidad de entrar al “primer mundo”. Sin embargo, en los veinte años que lleva dicho tratado, no ha reducido la pobreza, más bien ha contribuido a elevar el número de millonarios y la inequidad.

Se tiene la idea de que una persona que se hace rica de la noche a la mañana, va a despilfarrar todo su dinero en cosas banales, mientras que una que ha sido toda su vida no. El que una persona gaste o no  en sus complejos, placeres o cosas, no se debe a que haya tenido dinero toda su vida o no. Se debe a la educación que haya recibido, a sus conocimientos, a sus experiencias o a sus vacios.

Muchas veces me he preguntado por qué el mundo va tan mal (tal vez es sólo mi percepción), así que en ocasiones me pongo a investigar los contenidos más populares de la televisión, radio, internet, revistas, etcétera, todo ello con el fin de obtener alguna pista. Lo que he encontrado es que una gran parte de los contenidos son vacíos o superficiales, y que no incitan a tener una mente critica. Por el contrario, contribuyen a no pensar, es como si antes de oír, ver o leer, hubiera un anuncio que te dijera: “por favor apague su cerebro”. Y, si a esto le sumamos que muchas personas se refugian de la realidad, ya que en ocasiones puede ser atroz, despiadada o hasta cruel (salario mínimo, entre otras cosas), tenemos el caldo de cultivo perfecto para hacer que las publicaciones y programas de personas con grandes fortunas crezcan y crezcan. Pues éstas permiten fantasear a las personas comunes, sobre la idea de qué tal vez un día dejaran de laborar por 67.29 pesos, mientras que el presidente de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos gana 2 millones 798 mil 600 pesos anuales.

Me parece que cada persona tiene una edad o un evento que marca “el comienzo de la vida”, y por ello no podemos decir que exista un comienzo que se pueda aplicar a todas las personas. Más que un inicio universal, existe un comienzo subjetivo.

El día de muertos reúne una serie de elementos que lo hacen especial para mí, el olor del pan, el color vivo de la flor, los aromas exquisitos de los platillos, la luz destellante de las veladoras, y por supuesto, los recuerdos que afloran sobre mis seres queridos. Todos los elementos antes mencionados, se funden y me transportan a un lugar lleno de historias. Cada vez que participo en éste ritual, lo hago como una muestra de respeto hacia mis ancestros, ya que sin ellos  no estaría escribiendo estas palabras.