sábado, 29 de noviembre de 2014

Cuarta Sesión de Zona de Peligro



De entrada, me aseguraría de que la información fuera verídica, pues en muchas ocasiones los medios de comunicación masiva, no son tan honestos y apegados a la verdad como lo dicen. Lo siguiente sería buscar diferentes puntos de vista, compararlos y sacar información que me pudiera servir. Contactaría a mis familiares más cercanos para formar una red de apoyo, en momentos de crisis es fundamental contar con el respaldo de más personas; más cerebros pensando pueden idear un plan para hacerle frente a una crisis. Pero sobre todo, trataría de controlar el miedo que despiertan estas noticias, pues si no lo controlamos, es muy fácil caer en la paranoia.

Siempre he pensado que las compañías, de cualquier tipo, siempre van a velar  por sus intereses, en primer lugar, y después por los de los demás. Por ello, creo que Dan no actuó antes, pues estaban en juego varias cosas: los monos, la empresa, su trabajo, las consecuencias y millones de dólares. No obstante, cuando comprendió los alcances del virus, se sintió culpable y avergonzado por no haber actuado antes, ya que sus acciones pudieron haber costado muchas vidas. Al final, la culpa pudo más que sus justificaciones.

El autor estuvo recopilando información sobre el virus para su artículo-libro, y en su travesía, es casi seguro, pudo ver e imaginar lo que el Ébola es capaz de hacerle a los seres vivos. Existen eventos naturales que pasan desapercibidos para una gran cantidad de personas, sin embargo, cuando se investigan, generan un impacto grande en aquel que se atrevió a estudiarlos, porque el conocimiento nos da el poder de comprender que hay cosas que se salen de nuestro control, fuerzas letales que no se cuestionan nada, que solamente esperan el momento ideal para atacar. ¿Quién no sentiría miedo ante esto?

Considero que la información no se debe ocultar a las personas, lo que se tiene que hacer, es presentarla de modo que no genere  paranoia. Una persona informada puede reaccionar mejor en una situación de crisis que una a la que no se le informo. 

El autor nos describe parte de la vida de los militares que participaron en la operación de esterilización, me parece, para dramatizar la historia y ponerles un toque de heroicidad. Pues de ese modo, no son sólo militares que cumplen órdenes, sino que son personas que tienen familias, problemas familiares, miedos, como una gran cantidad de personas. Y que no obstante, arriesgaron su vida por sus compatriotas.

Hay que hacer notar que, un gran número de personas   no comparte la visión que tienen algunos estadounidenses con respecto a sus militares. Pues saben, que han participado en golpes de estado, desestabilización de países, invasiones e interminables guerras.

Uno esperaría que una persona que investigó un virus, cuyo origen se dio en el continente africano, se hubiera percatado que éste consta de varios países. Inclusive,  en el inicio del libro nos muestra un mapa del territorio de África Central: Camerún, Gabón, Sudan, Congo, Etiopía, etc. Esto confirma lo que se plateó en la primera sesión, que tratamos a África como si sólo fuera un país, con gente hambrienta,  pobreza y animales exóticos. Vale la pena decir que, ahora que poseemos información sobre el continente africano, es nuestra responsabilidad derrumbar los estereotipos que se le han adjudicado a África.

Primeramente, quiero decir que es un mito que haya países desarrollados y subdesarrollados, ya que lejos de ser entidades independientes unos de otros, están ligados entres si. Es impensable que los países, como Francia, Noruega, o Estados Unidos, pudieran no depender de otros para tener el “desarrollo” de vida que tienen.



viernes, 21 de noviembre de 2014

Tercero Sesión de Zona de peligro.




Considero que aún hay muchas cosas por descubrir en el mundo, lugares a los cuales los seres humanos no han podido entrar, pues su naturaleza biológica se los dificulta. Un ejemplo claro son los océanos, los cuales representan tres cuartas parte del planeta Tierra, sin embargo, es escaso el conocimiento sobre los diferentes ecosistemas y especies que lo habitan. También la naturaleza sigue  sorprendiéndonos, ya que sigue evolucionando y mutando, generando con ello, seres más complejos. 

Por ejemplo, durante los últimos años, un grupo de investigadores de distintas partes del mundo, han empezado ha estudiar la neurobiología de las plantas. Los descubrimientos que han registrado, resultan asombrosos y controversiales. Pues, según estos, las plantas son capaces de desarrollar un proceso cognitivo,  que les permite sentir su entorno, comunicarse químicamente con otras, recordar información  y reaccionar, elementos sólo atribuidos a los humanos y animales. De corroborarse con investigaciones y análisis, ampliaría nuestra visión sobre la vida vegetal.

Cuando leí las líneas, lo primero que pensé fue que tenían a un asesino de nivel 4, y que muy probablemente iban a morir. Quería abofetearlos por no tomar las medidas necesarias, y por tomárselo a la ligera. También pensé en una gran cantidad de insultos. 

Lo ideal sería dar a conocer nuestro estado de salud, ya que estaríamos poniendo en peligro la supervivencia de diversas especies, entre ellas la nuestra. Además, como hemos leído, la cepa del virus mata a 9 de 10 personas, haciéndola devastadora. Sin embargo, creo que en determinadas situaciones, nuestro instinto de supervivencia se hace presente, pidiéndonos que luchemos, o que esperemos a ver que pasa.

Los dos títulos hacen referencia a sucesos naturales. En el primer caso, es claro que se esta hablando sobre alguna enfermedad que ataca a las personas, y que produce llagas, como la EVE (produce erupciones cutáneas). El segundo caso, muy seguramente, habla sobre las mareas rojas, causadas por un microorganismo llamado Cochlodinium catenatum, que en concentraciones altas es toxica para los peces, matándolos. Lo que me lleva a pensar, que los dos capítulos hacen referencia a la naturaleza y los organismos que viven en ella. La constante lucha entre los diferentes organismos por replicarse. 

Ahora bien, también se puede interpretar de la siguiente manera:

Dios siempre ha estado llamando a los hombres y mujeres al arrepentimiento a lo largo de la historia, y los desastres naturales son sólo un medio de hacer esto. Dios sacude a las naciones para despertar a los seres humanos de su autosuficiencia, e invitarlos a adorarlo. Cuando los humanos no hacen caso, Dios les dice: arrepiéntete o morirás.

Sin duda, concuerdo con la descripción. Si uno se pone a pensar, los virus no se compadecen ante el dolor de sus victimas. No se detienen a analizar filosóficamente sus implicaciones sobre otros seres vivos (como lo hacemos muchas personas), simplemente los destrozan de una manera realmente violenta y eficaz. Entonces no sabemos en dónde quedo la belleza que nos sobrecoge cuando observamos sus bellas e imperfectas creaciones; aves cantando, plantas, arboles, montañas, ríos, reptiles, etc.  La naturaleza puede ser horrible pero también hermosa, la dualidad que rige al universo.  



domingo, 16 de noviembre de 2014

Segunda Sesión de Zona de peligro.




El inicio del libro me pareció muy bueno, e interesante. El autor nos muestra lo maravillosa y hermosa que resulta la naturaleza, a primera vista, con sus paisajes estupendos, con sus magníficos animales, sus colores, retratos dignos de ser guardados en nuestra memoria. No obstante, también nos muestra un mundo que nos aterra, que resulta violento, y en ocasiones incomprensible. Sí, la naturaleza tiene dos caras. El águila que surca los cielos con su esplendida aerodinámica, estupendo plumaje, y que nos parece magnifica. También es capaz de dejar que sus polluelos peleen por los recursos hasta que uno de los dos muera. Es asombroso y aterrador, observar, como un polluelo ataca a su hermano en repetidas ocasiones hasta matarlo o expulsarlo del nido, mientras que los padres solamente los observan. O, descubrir que la misma fuerza que crea organismos asombrosos, los destruye con una violencia y eficacia sorprendente. 

Para hablar de entidades en África,  se ha generalizado el concepto de tribu. Hay grupos que no entran dentro de esta definición, sin embargo, se les denomina así. El definir a centenares de grupos socio-políticos como tribus, les  resta importancia, y justifica la intervención del colonizador, quien a lo largo de la historia se ha creído el civilizador de los “salvajes”. Si revisamos la historia, encontraremos que ha sido contada por los colonizadores, son ellos los que han definido al mundo y a los personas que viven y vivieron en el. Por ejemplo, en nuestro país, conceptos como “indio” e “indígena”, muy utilizados para definir a la población original, son definiciones de los europeos. La población original de México no tuvo la oportunidad de definirse, hasta ahora, cuando los pueblos originarios levantan la voz para ser escuchados. 

Cuando surgió el primer brote del virus en 1976, los científicos desconocían muchas cosas sobre este asesino de humanos, incluso confundían sus síntomas con las de otras enfermedades. Además, no contaban con la ciencia y tecnología con la que contamos hoy en día para realizar un diagnostico eficaz. Sin embargo,  con el paso de los años, se han ido develando algunos de sus secretos, que nos han permitido comprender mejor su funcionamiento. Una vez teniendo información de 38 años, se pueden saber los alcances del virus, y alertar a la población. 

La experimentación con animales nos ha permitido descubrir y entender muchos procesos, que de otra manera no hubiésemos podido. También ha generado un gran cumulo de información, que se ha utilizado para combatir a las distintas enfermedades que aquejan a las personas. 

En la actualidad contamos con un nivel alto, tanto en ciencia como en tecnología, sin embargo, aún no se ha podido replicar un modelo artificial que reproduzca todas las variables genéticas. No obstante, se han  empezado a utilizar métodos de investigación alternativos, como los cultivos celulares, modelos virtuales o tejidos (in vitro). Quizá no es algo significativo, pero se puede ver un avance. Además, empiezan a surgir normas que protegen a los animales.  Ahora bien, tal vez falte mucho por hacer y erradicar la experimentación animal, pero los primeros pasos ya se están dando.

Los seres humanos somos seres que nos contradecimos. Podemos decir que estamos en contra de la experimentación con animales pero exterminamos a miles de hormigas con insecticida; podemos decir que defendemos a los animales porque no tienen voz, y no defendemos a los miles de animales humanos que son invisibles para el sistema. ¿Cuánto especies marinas mueren por la contaminación que vierten las mineras? Minerales que utilizamos cotidianamente, en nuestras computadoras, celulares, televisores y demás productos ¿Cuántas hectáreas de selva son devastadas para sembrar palma de coco o alimentos? También mueren animales. ¿Cuántos animales han muerto por la contaminación de nuestros autos? ¿Cuantos animales mueren por nuestro impacto?

 El 90% de los animales con los que se hacen pruebas, son roedores, de los que se matamos por invadir nuestro hogar. Por cierto, nunca he visto alguna campaña que aborde la adopción de ratas. Ante ello, les comparto un poema de José Emilio Pacheco, como homenaje:

Rattus norvegicus

Dichosa con el miedo que provoca, la rata parda de Noruega
(nacida en Tacubaya y plural habitante
de nuestro barrio más bien pobre), en vez de ocultarse
observa con ojillos iracundos las tristes armas
-escobas, palos, cacofónica avena venenosa-
que no podrán con su astucia.
Sentada en su desnuda cola y en la boca del túnel
que perforó para ganar la calle o la casa según convenga,
la rata obesa de exquisita pelambre, la malhechora
que se come el cereal del pobre, la muy canalla
que devora recién nacidos arrojados a los baldíos,
parece interrogarme: “¿Soy peor que tú?”,
con sus bigotes erizados la oronda en tensión suprema.
“También tengo hambre y me gusta aparearme y no
me consultaron antes de hacerme rata y soy más fuerte
(comparativamente) y más lista. ¿Puedes negarlo?
Además las ratas somos mayoría: por cada uno de ustedes
hay cinco de nosotras. En esta tierra
las ratas somos los nativos; ustedes
los indeseables inmigrantes. Tan sólo vean
la pocilga y el campo de torturas que han hecho
de este planeta compartido. El mundo
será algún día de las ratas. Ustedes
robarán en nuestras bodegas,
vivirán perseguidos en las cloacas.”
El gato interrumpió el monólogo silente
y de un salto de tigre cayó sobre la rata y la hizo
un cúmulo de horror y sangre y carne palpitante.

El autor utiliza lenguaje militar, porque, en cierta forma se libra un enfrentamiento con los patógenos. Ellos tienen una forma de atacar a sus huéspedes, y nosotros una forma de hacerles frente. Nuestro cuerpo tiene a sus células que pelean y lo defienden, en ocasiones pierden y en otras ganan.  Basta con ver un documental de nuestro sistema inmunológico para descubrir los mecanismos con los que contamos, comparables con cualquier ejército.


sábado, 8 de noviembre de 2014

Primero Sesión Zona de peligro.



Hace como un mes, aproximadamente, busqué información sobre el virus ébola, y cómo afectaba éste a varios países de África. Esto por lo que está sucediendo en ese continente y en algunas partes del mundo. Lo que encontré en aquella inmersión en la red, fue que el virus tiene una mortalidad alta, causa hemorragias por todo el cuerpo, se transmite por los fluidos del cuerpo humano, no tiene cura (aún), se transmitió por el contacto de un humano con un animal infectado. También descubrí que no es el primer brote que amenaza con ser una pandemia, pues con anterioridad ya ha habido otros. 

He visto algunos documentales sobre el continente africano, con temas muy variados, que van desde su flora, fauna, costumbres, cosmogonía, hasta sus guerrillas, diamantes de sangre o el coltan (mineral de la Muerte). Han sido temas muy diversos, que me han dado otra perspectiva, no sólo del continente, pues he encontrado similitudes aplicables a una gran cantidad de países, entre ellos el nuestro. Nunca es bueno quedarse con lo que los demás nos digan, nos vendan o nos quieran hacer creer, siempre hay que cuestionar todo, buscar información que nos permita destruir lo que creíamos, y descubrir las cosas como son. Descubriremos que nuestro panorama se amplia, pues ya no veremos tonos blancos y oscuros, sino que será una gran gama de colores.

De entrada, puedo visualizar un continente que está en constante cambio, como el mismo mundo, que por una parte quiere conservar parte de sus costumbres y cultura, y por el otro quiere avanzar hacia lo moderno. Un mar de personas que hierven porque están vivas, y quieren crear, conservar, destruir, contar, bailar, avanzar, como la misma humanidad.

La naturaleza tiene mecanismos para controlar a las distintas especies, esto para que no devasten un escosistema y haya una especie de equilibrio. Por ejemplo, cuando las hormigas que habitan las selvas, las están devastando por la caza excesiva, comienzan a brotar hongos que liberan esporas dirigidas solamente a la especie que esta poniendo en riesgo el equilibrio, que terminarán matando a una cantidad de hormigas, y que permitirá que el ecosistema se recupere. Se podría decir que algo similar ocurre con los humanos, porque al fin de cuentas  somos animales, mamíferos, que interactuamos con el entorno, lo alteramos, y ponemos en riesgo el equilibrio natural.  No obstante, los humanos hemos aprendido a controlar a los patógenos, ya sea con antibióticos, vacunas y medicina preventiva, herbolaria y medicina tradicional. ¿Cuántos de nosotros no estaríamos aquí si no fuera por esto?

Sin embargo, también quiero decir que muchas personas mueren de enfermedades que se podrían tratar, solamente porque no tienen los recursos, o porque no tienen acceso a la salud en sus comunidades, o por la maldita burocracia. En ese caso, es el sistema lo que los mata. 

Creo que no hay mucho interés de algunas personas por la ciencia, pues en ocasiones las enfrenta con sus creencias. Existe una lucha férrea entre lo que dicen las religiones, sectas, líderes espirituales y lo que ha probado la ciencia. La ciencia nos dice que nuestro origen es terrenal, mientras que las religiones nos hablan de una divinidad. Se podría pensar que en la actualidad, que contamos con acceso a una gran cantidad de información, los mitos empezarían a derrumbarse, los charlatanes caerían por montones, nuestra mente se nutriría con nuevas ideas, o no nos manipularían tan fácilmente. No obstante, se sigue consultando a los astros, el horóscopo, la suerte, brujería (las que hacen amarres amorosos) y demás cosas.

Sin duda, durante la breve historia de la humanidad ha habido científicos y científicas que le han dejado un gran legado a las generaciones futuras. Pero los descubrimientos de Darwin, me parecen poéticos. Darwin nos dijo que nuestro origen no estaba en el cielo, y sí en la tierra, como los demás seres vivos, con los que compartimos más de lo que nos gustaría aceptar. Y que la naturaleza nos empuja a evolucionar, a mutar, a seguir hacia adelante. Es decir, nuestro origen como especie esta ligada a la Tierra, no a un ser divino.