viernes, 7 de agosto de 2020

Primera sesión de Huéspedes inesperados



 

Considero que si tuviera un golpe de suerte, entiéndase tener millones de dólares, destinaría una parte para los placeres, otra para tener un montón de libros y alimentar a mi mente, otra para el ocio, otra para mejorar la calidad de vida, otra para la salud, otra la invertiría, y, por último, otra la tendría de reserva, como un “colchoncito”.

 

Sin duda que el tipo de pelo, los ojos, el tono de piel, de una gran parte de los mexicanos, resulta exótico, llamativo, en lugares en donde la mayoría de las personas son rubias. Esto lo sé porque he visto y escuchado el testimonio de personas que están en el extranjero.

 

En cuanto a la creación de un personaje que resalte dentro de la norma, creo que utilizaría una mezcla de características raciales y físicas, pero también le inyectaría una buena dosis de personalidad.

 

Las razones por las cuales hay personas que se sienten atraídas por épocas históricas lejanas son muy variadas. Están las que quieren conocer cómo era y se vivía, las que miran hacia atrás con nostalgia, las que quieren regresar en el tiempo, aunque sea unos instantes, las que quieren conocer parte de su pasado, las que desean proyectase, etc.

 

En muchas historias podemos encontrar a diferentes animales, mascotas, determinados escenarios, cosas, comportamientos, situaciones, cuya función se centra en mostrarnos, de manera sutil, a los lectores parte de la forma de ser, de pensar, de las fragilidades, ciertas características, de los personajes; algo que el escritor nos trata de decir de acuerdo a su forma de pensar.

 

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