viernes, 23 de marzo de 2018

Cuarta sesión de Cumbres Borrascosas



Las personas se enferman y se deterioran más en Cumbres Borrascosas, porque hay un ambiente propicio para ello. En aquel lugar se fomentan las malas emociones: ira, violencia, humillación, mentira, abuso, etc., lo que genera un lugar hostil, de constante estrés, de constante tensión, lo cual es malo para la salud física y emocional de todos.

La enfermedad es la tela sobre la cual se borda la historia en Cumbres Borrascosas. Ésta es el factor que propicia que las cosas tomen determinado rumbo y no otro. La enfermedad es, en cierta medida, el detonante de que sucedan varios acontecimientos, por ejemplo, si Isabel no hubiera muerto quizá Linton hubiese sido diferente.

Tal vez aquel letrero en la puerta, “Hareton Earnshaw 1500”, era un guiño, un presagio de lo que acontecería. Tal vez aquel letrero estaba allí para mostrarnos lo cíclica que, en ocasiones, es la vida, la realidad.

En relación al final, la verdad es que creí que el forastero iba ser quien rescatará, se enamorará, de Cati, como en muchos clichés. No pensé que los primos terminarían juntos; no después de que Hareton también contribuyo con la desdicha, con el encierro de Cati. Es más, por cierto, hasta en una ocasión le metió un bofetón. El asunto me huele al Síndrome de Estocolmo.

Hay que destacar que Linton nunca amó a Cati, según mi perspectiva, él trataba de que pareciese así porque su padre lo quería de esa forma  y, sobra decirlo, le tenía un miedo infernal, ora porque lo golpeaba, ora porque lo insultaba, ora porque lo amenazaba. Además, Heathcliff fue destruyendo poco a poco la confianza y la personalidad de su hijo hasta volverlo un estropajo, un títere, logrando con ello que cumpliera sus deseos.

El final, debo de admitirlo,  me sorprendió un poco, ya que mis expectativas apuntaban en otra dirección; como la historia se venía pintando un tanto lúgubre creí que, uno, Cati iba a terminar huyendo con el forastero, dos, junto con Hareton iban a unir fuerzas y pelear, matar quizá, al demonio, tres, envenenar a su captor. No obstante, ya intuía algo, ya que si analizamos a fondo el texto, de hecho, las tres mujeres de la historia terminan enamorándose de los tipos huraños, inexpresivos, impulsivos; en ese sentido el final es congruente con la línea de la novela.

Creo que el protagonista de la novela, sin duda, sería el demonio, ya que fue a raíz de su llegada que la enfermedad y los rencores y las divisiones comenzaron a posarse sobre Cumbres Borrascosas, cual si fuera una nube que avisa sobre la llegada de una tormenta.

Cumbres Borrascosas

Mi primera impresión sobre la novela fue, de hecho, que iba a desarrollar una trama romántica, ya saben tipo: se enamoraron de jóvenes pero distintas circunstancias los separaron, hasta que se rencuentran y viven una explosión de “amor”. No obstante, me sorprendió un poco, ya que siempre sentí un ambiente lóbrego, un tanto obscuro. Y es que la forma en la que están planteadas las relaciones afectivas de las personas, me pareció que rayan en lo enfermizo, ya que había golpes, violencia, apego, sometimiento, etc. Ni que decir del final donde, por cierto, Cati se enamora de uno de sus captores y justifica su actuar. La verdad es que siempre espere que se unieran para desterrar al demonio, sobra decirlo, no lo hicieron. La única que actuó fue Isabel, la cual decidió pelear y huir para comenzar de nuevo. Al final me quedé, a propósito,  como que diablos paso aquí.


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