sábado, 2 de abril de 2016

Quinta sesión de Corazón de piedra verde



Si bien en la historia hay dos mujeres que renuncian a cosas por casarse, también hay un hombre que lo hace, es Ixcauatzin. Desde el inicio del texto deja todo por servir a Xóchitl, obvio, porque la ama. Pero cuando se entera de que ella ama a Alonso, y, por consiguiente, él está destinado a la friendzone,   se pone a cavilar sobre su situación, llegando a concluir que es mejor morir. En efecto, muere sacrificado. Sin embargo hay que hacer notar, pareciera, que Ixcauatzin al final logra recuperar algo de lo que entregó.

Hay diferentes estudios e investigaciones que dictan que nuestra especie es violenta por natura, y hay dos razones por las que lo somos, porque somos agresivos y creativos. Sin embargo se puede canalizar con educación y empatía.

Ahora, considero que los habitantes del llamado tercer mundo suelen ser más violentos por cuestiones culturales y sociales. En dichos países cuando se analizan las condiciones en que viven e interactúan las personas, se puede observar que muchas carecen de las servicios esenciales, además de que las instituciones no cumplen su función, lo que genera corrupción e impunidad, caldo de cultivo para la violencia, ya que cualquier argumento puede ser aplastado por la fuerza pues las armas escupen balas que no admiten debate. Entonces el hombre sabe que siendo agresivo puede conseguir algo. Y si a esto le sumamos que en dichos países una gran parte de la población recibe saliros bajos, se tiene que trasladar por 1,2,3 horas de su casa a su trabajo y viceversa, en transporte público deficiente, sumado el estrés, el resultado no es nada pacifico. Además de que hay comportamientos muy “masculinos” que se nos refuerzan desde niños. De ahí que el 90 por ciento de la violencia en el mundo es ejercida por hombres.

Así pues, muy seguramente, Xóchitl que creció en el seno de una cultura que resaltaba ciertas actitudes fieras, ya que el pueblo azteca era guerrero y estaba constantemente en guerra, inconscientemente anhelaba aquello que le era conocido.

Creo que la importancia del corazón de piedra verde radica en el simbolismo que guarda. De entrada para los aztecas y otros pueblos el jade poseía un valor muy alto, ya que dicha piedra se relacionaba con la vida y la que da vida, pues se relacionaba con el agua, la vegetación, con el sol y con el sustento (por el proceso de crecimiento de la planta de maíz). Además de que se le atribuían propiedades curativas y mágicas.

Así pues el corazón de jade simboliza al nuevo mundo, aquel que ofrendaba corazones a sus dioses, y que al chocar con España y su religión, dieron cabida a un nuevo mundo con dos raíces (el corazón de jade con el grabado de la Virgen y el Niño Jesús).

El qué el autor introdujera personajes históricos en un texto de ficción, me pareció que hasta cierto punto, le daba un toque realista a la historia.

A propósito, dentro de todos los personajes historicos, Nazahualpilli fue el que me gustó más. Esto se debe a su particular forma de pensar y ver las cosas. Me pareció que sabía que la única forma de romper la superstición, la ignorancia, la opresión, por consiguiente, construir “mundos” mejores es a través de la razón.


Corazón de piedra verde

Es claro que desde el inicio que el texto está escrito con la visión del europeo-conquistador, con una carga católica-cristiana muy marcada que es difícil pasar por alto. Diría que parte de la historia oficialista. O que la historia la escriben los “vencedores”.

Si bien la historia va de un mundo a otro para mostrarnos un poco o mucho la vida cotidiana, las costumbres, actos religiosos y hasta la manera de pensar de cada pueblo, el autor enfatiza en ciertos aspectos que inclinan la balanza en una sola dirección. Esta cuestión entro en conflicto con mi forma de pensar, ya que sentí que me estaban timando, aunque entiendo que es una novela histórica con tintes de ficción.

No obstante, despertó un interés genuino en conocer más sobre el México prehispánico, descubrir su historia, su pensamiento, su poesía, su cosmovisión,  y sopesar las cosas buenas y malas de cada pueblo para formarme una idea más amplia del pasado de México.


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