martes, 3 de marzo de 2015

Cuarta Sesión de Lolita





Quilty es un pedófilo, pornógrafo, dramaturgo, artista, intelectual, rival, que Humbert desprecia y teme; en primer lugar, por la forma abierta en que exhibe sus perversiones, contario a Humbert, a quien le aterraría volverlas publicas; en segundo, porque fue capaz de enamorar a Lolita, se impuso la razón sobre las emociones; en tercero, porque Quilty representa ese lado oscuro, cual bestia, que atormenta a Humbert.

De entre los cuatro personajes importantes de la historia, elegiría a Lolita, pues más que ser una ninfula, como H. H. nos la describe, es una niña que se ve atrapada por varias circunstancias, que harán que su vida tome determinado rumbo. Además, es una niña  que han utilizado para obtener algún beneficio, Humbert la “utiliza” para saciar sus perversiones, mientras que Quilty la enamora para convencerla de participar en sus cintas pornográficas. Si nos ponemos a analizar su vida, indudablemente se la jodieron. 

Existen muchas variables en el mundo, que hacen que éste adquiera determinado rumbo. Las personas nos tenemos que decidir por una “vida”, una posibilidad, y tenemos que dejar a las demás atrás; muchas veces somos conscientes, pero en otras no, de que cada persona, momento, sentimiento y experiencia que hemos vivido, es una parte fundamental en el rumbo que hemos tomado. Por ello, es indudable que la vida de Lolita sería diferente, es más, ella le dice a Humbert, “él me destrozo el corazón. Tú apenas me destruiste la vida”.

No creo que la novela tenga algún mensaje o moraleja en sí, me parece que nosotros construimos el mensaje o la moraleja de acuerdo a todo el conocimiento que poseamos, experiencia, o como reinterpretamos la obra. Por consiguiente, para cada lector el libro es único, porque cada persona es diferente en la forma de analizar un libro.

Son muchas las cosas que nos han creado una idea errónea de lo que es el amor. Por todos lados se “habla” de él, pero muy pocas veces se comprende. Para desarrollar un “amor maduro”, es necesario el compromiso, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento. Si analizamos lo anterior, nos daremos cuenta de que Humbert no cumple con los elementos necesarios para decir que amó a Lolita. 


La mezquindad, sin ninguna limitación,
puede alcanzarse fácilmente:
llana es la ruta, y muy cerca habita. Delante
de la virtud, en cambio,
colocaron los dioses el sudor. Pero
cuando uno llega a la cumbre de ésta,
después es más fácil guardarla,
por difícil que parezca.

                             Hesíodo, Los trabajos y los días



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