El sistema actual es
gobernado por el patriarcado; que se puede definir, como una forma de
organización política, económica, religiosa y social basada en la autoridad y
el liderazgo de unos pocos hombres sobre el resto de la sociedad. En este
sistema el papel de la mujer ha pasado a ser relegado a un nivel poco
importante, en donde se les impide explotar sus capacidades, se les trata de
controlar, se les cuestionan sus decisiones, se trata de controlar su
sexualidad, todos quieren opinar sobre
su cuerpo, y se le ponen trabas a su
participación ciudadana. Pero no soló afecta a las mujeres, sino que también
afecta a los hombres, pues se les castra emocionalmente, además de que se les imponen
una serie de objetivos que deben de cumplir. Ante este panorama muchas mujeres
han tenido que adoptar actitudes masculinas para ser aceptadas en ambientes que
son dominados por hombres machistas. Tan es así, que un estudio que se llevó a
cabo en la Secretaría de Seguridad Pública de Distrito Federal, por la
investigadora Olivia Tena Guerrero. Demostró que para lograr ser aceptadas
dentro de un ambiente con una fuerte carga de genero, en este caso el masculino,
muchas mujeres adoptan actitudes masculinas, tales como, lenguaje agresivo, uso
autoritario del poder y en consumo de alcohol.
Los mexicanos que asistieron
a la Copa Mundial de Futbol en Brasil, representan a una gran mayoría de la población
mexicana. Pues muchas organizaciones que buscan erradicar la homofobia, en sus
constantes informes nos dicen que, en lugar de disminuir este problema en
México, ha aumentado de manera alarmante. De igual forma, la OMS reveló que
México es el país del continente americano, con el mayor consumo de alcohol por
persona. Y, que es responsable de 23% de los accidentes. Además, la mitad de
las lesiones que se producen en nuestro país, tienen como actor principal,
adivinen a quien, pues al alcohol. También tenemos las agresiones hacia la
mujer, en donde nuestro país tiene una gran deuda con las miles de familias que
lloran y luchan para que haya un poco de justicia por las desaparecidas, las
asesinadas, las perseguidas, las utilizadas. Todos los días se les sigue
matando, utilizando, denigrando, invisibilizando y nada sucede. Entonces es
indudable preguntarse, si somos o decimos que somos más los buenos, ¿por qué no
ha pasado nada? El país no va a cambiar con buenos deseos, rezos, palabras,
reflexiones, pero si con acciones.
El estar tanto tiempo fuera
de tu país, te da otra perspectiva del mismo. Empiezan las inevitables
comparaciones de todo. Poco a poco sientes que una parte de ti mismo ya no pertenece
a la tierra que te vio nacer. Es más, sientes que tu vida se dividió en dos
mitades, y cada una de las mitades pertenece a un diferente país, un diferente
lugar, un diferente sentir. Si te fuiste
a un lugar primer mundista, como se les dice, allá donde todo es procesado. Ten
la seguridad de que al paso del tiempo
vas a extrañar aquello que detestabas y amabas de tu país; los gritos de las
personas en el mercado, el bullicio de la gente al ir y venir, al parecer sin
rumbo fijo. Y que decir de la comida, con sus olores y sabores tan
particulares. Pero especialmente vas a extrañar a su gente, porque dentro de
está sociedad que pareciera frívola, se esconden personajes con una magia,
carisma, bondad y un sentir
extraordinario.
El conocimiento te permite
adentrarte en un mundo mágico, en donde las cosas más simples adquieren una visión
extraordinaria. Tal es el caso de la relación de los seres vivos con los
humanos, en donde nosotros portamos en nuestro ADN genes de todos y cada uno de
los seres que habitan este planeta. Lo anterior me parece hermoso, mágico, y me
hace pensar en todas las cosas asombrosas de las que formamos parte y, que en
ocasiones no alcanzamos a dimensionar. El conocimiento, bien se podría decir
que es magia, que nos permite abrirnos camino en un mundo donde las
supersticiones y la ignorancia ganan terreno; un arma que nos permite
enfrentarnos de manera inteligente al caos aparente de la vida.
El conocimiento no solamente
se puede adquirir dentro de la educación formal, pues lo vamos adquiriendo de
diferentes fuentes alrededor de nuestra vida. Muchas son las personas que me han
enseñado y que considero maestros, algunas se han ido y otras más vendrán. Cada
una me aporto algo valioso pero después de un tiempo necesitaba complementar y
expandir lo que me habían enseñado. Pero no por ello dejo de respetarlos y
admirarlos.
El feminismo lucha para que
se igualen los derechos de las mujeres a los de los hombres, y, al mismo tiempo
por el reconocimiento y cumplimiento de los derechos propios de las mujeres. El
feminismo en ningún momento busca que la mujer sea superior al hombre, sino la
igualdad de derechos respecto a él.
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