jueves, 9 de julio de 2020

Primera sesión de Golpéate el corazón



Pues bien, sin escucharme muy mamón, pretencioso, la verdad es que conforme pasa el tiempo, los años, cada vez se me hace más nebuloso recordar ideas, concepciones que tenía cuando era niño. Incluso algunas veces creo que determinadas ideas, sucesos, no sucedieron cómo los recuerdo, sino que son una reinterpretación, “aderezamiento”, de mi mente adulta.

Las distintas plataformas (Youtube, Tiktok, Instagram, etc.) proyectan, explotan, amplifican, “ponen en escena”, en su mayoría, aspiraciones, concepciones, sobre lo que se considera ideal en la sociedad posmoderna, lo que puede llevar a exacerbar sentires como la envidia y la vanidad.

Si bien en diferentes cuentos, historias, existe un ideal de madre, por ello es necesario utilizar la imagen de la madrastra para ejemplificar, ejercer, el mal, como en ciertas religiones, en la realidad lo anterior se ve artificial, ya que hay un sin número de historias en las que las madres son las villanas, al prostituir a su hija de nueve años, permitir que su pareja golpeara a su hijo, al culpar a su hija por separar a la familia, por revelar una violación, se comportan como dictadoras.

Con respecto al tema de la belleza, considero que todos tenemos sesgos, ordenes ciegas de la naturaleza, que nos impiden ver claras las cosas, ver que hay detrás de lo que percibimos en el entorno, que nos impulsan a seguir determinadas decisiones, impresiones. Por lo anterior es que consideramos, le damos, tanta importancia al estándar de belleza.
Ahora, un aspecto negativo de la belleza es que se suele infra-valorar la inteligencia, las aptitudes, de los individuos, al considerar que todo lo han conseguido por tener una cara bonita, cuando no siempre es así. O, ver qué con el paso de los años poco a poco el preciado tesoro se va escapando de las manos, ver las líneas, arrugas en el rostro.

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