Sin
duda que el personaje de Virginia es diferente a los demás miembros
de los Otis, ya que ella, al parecer, muestra empatía por el
fantasma, capacidad que le permite tratar de entender una realidad
distinta y, por tanto, intentar ayudarlo. A todo esto, también es la
única miembro de la familia que tenía miedo y ganas de llorar por
las ocurrencias de Don Simón.
Si
retomamos la conversación entre Virginia y Simón, caramba, sin duda
que se inclina más a la tragedia. Imagínate que un día descubres
que la única razón de tu existir se esfuma, pues entrarías en una
crisis existencial muy fuerte, tu vida perdería sentido, lo único
que te quedaría es morir pero como no puedes, de hecho, te quedarías
en un loop infernal. Que
horror.
Con
relación a las razones que le impiden detenerse al fantasma, uno,
éste no lo puede hacer porque lleva trescientos años haciendo lo
mismo y no sabe hacer otra cosa o ya se le olvido, dos, el cambio le
produce incertidumbre, miedo, sentimientos que lo mantienen anclado,
tres, es su fin, cuatro, pesa sobre él una maldición por haber
asesinado a su esposa.
Ahora
bien, los fantasmas existen para mostrarnos que hay un limbo entre la
vida y la muerte en el cual se puede llegar si se obra mal, además
de que uno se la va a pasar no tan bien; para enseñarnos, darnos una
lección, dejarnos un mensaje sobre determinado asunto; quizá, para
mostrarnos la parte sucia que hay en nosotros; para mirarnos en un
espejo.
Un
momento en el cual la familia sintió miedo, vale la pena destacar,
sucedió cuando Virginia reapareció después de estar “perdida”,
como se puede leer en la página 42: Toda la familia la contempló
muda y aterrada… Esto se debe a que cuando algo le sucede a tu
familia cercana, de hecho, todo
adquiere otra dimensión, otro
significado.
El
objetivo principal del autor es contrastar varias cosas, de entrada,
las diferentes formas de pensar que se dan entre los gringos y los
ingleses, unos prácticos, independientes, modernos, consumistas, los
otros mas recatados, tradicionalistas, arcaicos. También la dualidad
que hay en el mundo y que, de alguna manera, se complementa: vida y
muerte, juventud y vejez, belleza y fealdad, bueno y malo.
Virginia
no le cuenta a nadie lo que vio del otro lado según mis
conjeturas/especulaciones, en realidad, porque presencio algo que
rebasa el entendimiento humano y las palabras no le hacían justicia, o
bien porque, en el fondo, lo que sucedió es algo íntimo (de
carácter amoroso, quizá sexual), muy personal.
Dos
personajes de la lectura que leímos en esta ocasión fueron mis
predilectos, el primero es el fantasma pues, a propósito, me recordó
al personaje del “Coyote”, aquel que no se podía tragar al
“Correcaminos”, y yo deseaba que por una vez lo venciera; el
segundo es Virginia, ya que enfrentó, conoció las causas y le tiro
paro al desgraciado.
El
fantasma de Carterville
El
texto que leímos en esta ocasión en un inicio, por alguna extraña
razón, tenía la idea de que la historia se trataría de un fantasma
que haría todo lo que estuviese a su alcance para mostrarnos el
valor de la navidad. Sin embargo el libro tomo una dirección que no
esperaba, como qué un fantasma tuviera una crisis existencial o que
los Otis ni se inmutaran ante su presencia, y es que estaba
acostumbrado a las historias en donde los entes hacían de las suyas
hasta que algún sacerdote entraba en escena. Lo sé, maldito cine,
ja.
Ahora
bien, considero que la historia se puede dividir en dos partes , en
la primera podemos ver una burla, una satíra, hacia la
idiosincrasia, el comportamiento, la forma de pensar, de los
americanos y los aristócratas ingleses; en la segunda se pueden
advertir varios simbolismos dentro de la obra, cierta dualidad que,
por cierto, se dice que rige al mundo: joven/viejo, hombre/mujer,
bello/feo, vida/muerte, inocencia/maldad. Según mis pesquisas de
información al respecto, el autor estaba obsesionado con el tema, se
los dejo como dato, ja.
Por
ultimo, yo no sé si, definitivamente, el amor sea más fuerte que la
muerte, pero lo que sí sé es que éste es una de las cosas que le
aportan condimentos a la vida. El amor es una de las cosas por las
que vale la pena vivir (aunque suene a frase motivacional o cursi).
No hay comentarios:
Publicar un comentario