Considero
que el interés de Mr. Otis, primero, radica en la necesidad que
tenemos los hombres (y los gatos) de comprobar las cosas, sucesos,
fenómenos, para de esta forma, aplacar nuestra curiosidad. Segundo,
también se puede deducir que hay un interés comercial por el
fantasma ( los americanos y la sociedad de consumo), ya que de ser
cierto que existe un ente de tales características, podría ser un
buen espectáculo y dejar buenas ganancias, o si tiene alguna
utilidad aplicable, envasarlo y venderlo en serie.
Pues
bien, tengo la impresión que para Mr. Otis la tradición no
representa algo con un peso como para los otros, y lo podemos ver en
las reacciones que tiene con respecto a los sucesos. Para éste no
hay nada que no puedan solucionar los productos americanos.
En
las palabras que Lord Canterville le dice a los Otis, creo, según
mis observaciones y deducciones, que esconden un tono peyorativo, en
primer lugar; es decir, Canterville considera a los Otis, por cierto,
personas con un pensamiento simple que sólo ve lo evidente, pero sin
ir más allá. En segundo lugar, puede ser que el Lord no comprenda
la referencia de Mr. Otis (como se puede leer en el texto), ya que
se trata de dos cosmovisiones diferentes, de dos culturas que abordan
cierto tema de distinta manera, por un lado el pragmatismo americano,
por el otro el pensamiento conservador de la aristocracia victoriana.
Pues
considero que los Otis son la clásica familia americana que, a toda
costa, trata de demostrar su nacionalismo, su “amor” por su país,
lo orgullosos que están de vivir en el mundo “libre”. Hasta uno
de sus hijos se llama Washington, ja. Entonces es entendible que
llamen a los otros dos “Estrellas y Bandas”.
Con
respecto a la mancha de sangre, a propósito, en un inicio la
familia se sorprendió y hasta, diría yo que, se asusto, sin embargo
con el paso del tiempo normalizaron el hecho. Sobra decir que una vez
normalizado el suceso poco a poco dejo de ser importante. Además
quien se asusta con una mancha verde, a menos que este un un pan,
verdad.
Ahora,
si algo similar me sucediera, la verdad es que me daría miedo en un
inicio, porque el color de la sangre me/nos impacta de lleno, me/nos
pone en alerta. ¿Por qué creen que en las etiquetas comerciales
utilizan el color rojo?. No obstante después del primer asombro,
haría toda una investigación para saber que hay en el fondo del
suceso, quizá haya una explicación lógica.
Ahora,
la reacción de Mr. Otis es un tanto antinatural -según yo-, ya que
aunque seas una persona que utiliza de lleno la razón para explicar
lo que acontece en el mundo, existe una parte primitiva, la cual
todavía tenemos, que produce sensaciones que nos alertan, que nos
atemorizan. Por ejemplo, a mí las películas de terror en donde
aparecen fantasmas no me producen temor, porque racionalizo lo que
sucede, pero cuando leo o juego algo relacionado con dichos temas,
pues, bienvenido sudor y sensación de miedo y pesadillas y paranoia.
La
historia que estamos leyendo en esta ocasión es diferente a muchas
que conozco porque, en primera, ésta no es contada por las personas
sino por el ente, en segunda, nos muestra lo que siente y pasa por su
cabeza, en tercera, el fantasma, cuya labor es esparcir el miedo y
terror sobre los habitantes del castillo, termina teniendo pavor de
dos gemelos, irónicamente.
La
razón por la cual el fantasma no logra espantar a los yanquis, creo
que tiene que ver con las distintas maneras de ver y percibir el
mundo de las dos culturas, de ambos bandos. Esto se debe a que cada
cultura influye en la manera de pensar de cada población.
El
fantasma que habita en Canterville es de aspecto verde fluorescente,
pelo cano y largo, viejo, mal-encarado. Sin embargo lo que lo
distingue de otros fantasmas es la crisis existencial por la que
atraviesa, su miedo, su inseguridad, su nostalgia por sus antiguos
logros fantasmales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario