martes, 23 de enero de 2018

Segunda sesión de El fantasma de Canterville



Considero que el interés de Mr. Otis, primero, radica en la necesidad que tenemos los hombres (y los gatos) de comprobar las cosas, sucesos, fenómenos, para de esta forma, aplacar nuestra curiosidad. Segundo, también se puede deducir que hay un interés comercial por el fantasma ( los americanos y la sociedad de consumo), ya que de ser cierto que existe un ente de tales características, podría ser un buen espectáculo y dejar buenas ganancias, o si tiene alguna utilidad aplicable, envasarlo y venderlo en serie.

Pues bien, tengo la impresión que para Mr. Otis la tradición no representa algo con un peso como para los otros, y lo podemos ver en las reacciones que tiene con respecto a los sucesos. Para éste no hay nada que no puedan solucionar los productos americanos.

En las palabras que Lord Canterville le dice a los Otis, creo, según mis observaciones y deducciones, que esconden un tono peyorativo, en primer lugar; es decir, Canterville considera a los Otis, por cierto, personas con un pensamiento simple que sólo ve lo evidente, pero sin ir más allá. En segundo lugar, puede ser que el Lord no comprenda la referencia de Mr. Otis (como se puede leer en el texto), ya que se trata de dos cosmovisiones diferentes, de dos culturas que abordan cierto tema de distinta manera, por un lado el pragmatismo americano, por el otro el pensamiento conservador de la aristocracia victoriana.

Pues considero que los Otis son la clásica familia americana que, a toda costa, trata de demostrar su nacionalismo, su “amor” por su país, lo orgullosos que están de vivir en el mundo “libre”. Hasta uno de sus hijos se llama Washington, ja. Entonces es entendible que llamen a los otros dos “Estrellas y Bandas”.


Con respecto a la mancha de sangre, a propósito, en un inicio la familia se sorprendió y hasta, diría yo que, se asusto, sin embargo con el paso del tiempo normalizaron el hecho. Sobra decir que una vez normalizado el suceso poco a poco dejo de ser importante. Además quien se asusta con una mancha verde, a menos que este un un pan, verdad.
Ahora, si algo similar me sucediera, la verdad es que me daría miedo en un inicio, porque el color de la sangre me/nos impacta de lleno, me/nos pone en alerta. ¿Por qué creen que en las etiquetas comerciales utilizan el color rojo?. No obstante después del primer asombro, haría toda una investigación para saber que hay en el fondo del suceso, quizá haya una explicación lógica.

Ahora, la reacción de Mr. Otis es un tanto antinatural -según yo-, ya que aunque seas una persona que utiliza de lleno la razón para explicar lo que acontece en el mundo, existe una parte primitiva, la cual todavía tenemos, que produce sensaciones que nos alertan, que nos atemorizan. Por ejemplo, a mí las películas de terror en donde aparecen fantasmas no me producen temor, porque racionalizo lo que sucede, pero cuando leo o juego algo relacionado con dichos temas, pues, bienvenido sudor y sensación de miedo y pesadillas y paranoia.

La historia que estamos leyendo en esta ocasión es diferente a muchas que conozco porque, en primera, ésta no es contada por las personas sino por el ente, en segunda, nos muestra lo que siente y pasa por su cabeza, en tercera, el fantasma, cuya labor es esparcir el miedo y terror sobre los habitantes del castillo, termina teniendo pavor de dos gemelos, irónicamente.

La razón por la cual el fantasma no logra espantar a los yanquis, creo que tiene que ver con las distintas maneras de ver y percibir el mundo de las dos culturas, de ambos bandos. Esto se debe a que cada cultura influye en la manera de pensar de cada población.

El fantasma que habita en Canterville es de aspecto verde fluorescente, pelo cano y largo, viejo, mal-encarado. Sin embargo lo que lo distingue de otros fantasmas es la crisis existencial por la que atraviesa, su miedo, su inseguridad, su nostalgia por sus antiguos logros fantasmales.


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