viernes, 12 de enero de 2018

Primera sesión de El fantasma de Canterville



Con respecto a las diferencias que se pudiesen presentar entre los fantasmas de diferentes nacionalidades, creo que, sin suda, cada país le aporta a los seres sobrenaturales cierto contenido histórico, cultural, idiosincrático. No obstante en el fondo comparten similitudes. Es por ello que al imaginarme un fantasma y su método de asustar, no lo percibo muy distinto a algún ente mexicano.

En relación a los “cazafantasmas”, de hecho, nuestro país ha tenido varios celebres en el mundo de lo sobrenatural, pero el que logro evocar en este momento es el caso de Carlos Trejo, quien salto a la fama por su libro (“basado en hechos reales”) Cañitas. Dicho personaje realizaba “investigaciones” de sucesos que retaban el raciocinio de inicios del 2000.
Hoy, por cierto, sus historias y sus supuestas evidencias sirven para reírse un buen rato, como en el video que muestra una posible escoba de bruja.

Ahora bien, si en algún momento se lograra demostrar que los fantasmas existen en este plano espacio-tiempo que habitamos nosotros, creo que sería un parteaguas importante en la historia y en la manera de concebir lo que nos rodea, la realidad. Además de que abriría un campo muy grande de investigaciones, las cuales nos permitirían entender un poco mejor el universo.

Y para finalizar con temas que tienen que ver con lo sobrenatural, la verdad es que no ha pasado por mi mente comunicarme con los espíritus, tipo prender velas, formar un pentagrama, realizar un ritual.

Pues bien, lo que sucede con los migrantes que llegan a un nuevo lugar en el que probablemente se establezcan es, no sólo se llevan cosas materiales (si bien les va) sino que transportan con ellos su cultura, su comida, códigos de conducta, recuerdos, ideas, etc. Esto no sólo sucede con los mexicanos, de hecho, pasa con todo el mundo, como se puede observar en la serie documental “Los que llegaron” de Canal Once. Además, cada grupo de migrantes que se establece en un nuevo lugar no sólo se adapta a su entorno, también crea una amalgama cultural.

Bueno, definitivamente, hay historias de fantasmas que no dan miedo y esto se puede deber, uno, a que están construidas intencionalmente así para con ello dar un mensaje más que para asustar, dos, por una historia mal contada, burda, inverosímil.


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