lunes, 24 de julio de 2017

Tercera sesión de El club de los negocios raros



Bueno, con respecto a los tres negocios mencionados y el posible hilo que los une, creo que tiene que ver con que éstos son servicios, son experiencias, escenarios que se crean para atrapar a las personas, más que la adquisición de un producto. También, a propósito, se podría decir que cuando adquieres dichos servicios no estas adquiriendo algo tangible, una creación física, sino una esencia, un subproducto de la mente humana, una idea.
Ahora, considero que Chesterton construyó las profesiones que aparecen en su libro, por cierto,  a partir de las observaciones que veía en su día a día, en su trato con los demás, de la situación de su entorno. Pues al hacer esto uno se puede dar cuenta de los nichos, las oportunidades,  que hay para emprender determinado negocio. Por ejemplo, hace poco salió una nota, en la cual se “hablaba” de un invento (una mochila que servía como protección antibalas)  creado por un niño para enfrentar la situación de violencia, sobra decir que dicho emprendimiento surgió de ver la situación por la que atraviesan varias zonas del país.

En cuanto a Chesterton y su fervor religioso, debo de admitir que hasta el momento no he encontrado nada de dicho sentimiento en la lectura, o, al menos el fervor que uno está acostumbrado a ver, como el hecho de santiguarse, pedir ayuda mirando hacia el cielo, el lenguaje cargado de dogmas, de cerrazón, de intolerancia. De igual forma, sobra decirlo, no he vislumbrado personajes, particularmente religiosos, tipo Ned Flanders o el niño predicador.

Rupert es un joven escéptico que, por ende, duda de todo y todos de una manera, llamémosle, extrema. Todos le parecen criminales, todas las situaciones, mentiras, siempre cree que hay, como popularmente se dice, gato encerrado. Por ello trata de desenmascarar al teniente, ya que las historias que le conto le parecen creaciones producto de la imaginación, aunque su hermano las crea verídicas, también lo hace para demostrarle a su hermano que no todas las personas son buenas como él y, dicho de paso, demostrarle que se equivocó.

El personaje de Basil es tranquilo, un tanto callado, lucido, con un conocimiento amplio de la condición humana, sin embargo lo que sobresale de él es su pensamiento, esa cualidad de ser capaz de entrever más allá de lo evidente, esa capacidad de ver entre las capas de los sucesos y de las personas, esa habilidad de resolver casos que se salen de lo común. El juez tiene un don. Ahora bien, tanto Rupert como Charlie saben que dicho don le permite a éste resolver casos peliagudos, de ahí que esperen esos espasmos de locura/lucidez. 

En relación a lo que se puede leer en La singular especificación del agente de fincas, se le pueden dar dos lecturas a dicho párrafo. Primera, que la honestidad (en un cien por ciento), pese a que muchas personas dicen que la adoran, se lleva muy mal con la naturaleza humana, ya que ésta nos muestra cosas que no nos gustan, que nos incomodan, que no queremos escuchar, muchas veces. Segunda, que en una sociedad acostumbrada a decir medias verdades, verdades mezcladas con mentiras, cuando alguien dice tal y como sucedieron los hechos, se le suele mirar con escepticismo, con cierta suspicacia, ya que rompe con lo establecido.


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