Sin
duda que creo que existen negocios que son parcialmente nuevos en la historia.
El primero es el de catador de cannabis, quien se encarga de probar las
distintas variantes de dicha planta y catalogarlas según sus cualidades. El
segundo es el de cibercriminal, quien se caracteriza por vender una amplia gama
de sus servicios, desde atacar a una empresa rival, paquetes de explotación,
espionaje, hasta robo de datos. El tercero es el de redes de escape, este
negocio se enfoca en ayudar a funcionarios de cargos altos a escapar.
“Podría”
ser que estuviésemos ante una nueva infancia del mundo, esto por el potencial y
los usos que se le puede sacar a la ciencia y tecnología, no obstante, depende
del uso que se les de.
Con
respecto a las palabras de Northover, tienen que ver con el hecho de que, si
bien, el teatro, la lectura, las imágenes, nos acercan a mundos artísticos
espectaculares, éstos son meras aproximaciones a las experiencias que una
persona vive.
Tanto
el poema de Walt Whitman como el de Jaime Sabines, en el fondo, hablan de lo
mismo. Hablan del hartazgo, del hastío que produce vivir una vida rutinaria,
una vida sedentaria, una vida predecible, una vida sin aventuras. Hablan de
desear que algo suceda, y dicho de paso, que les cambie la vida o que los
empuje hacia la libertad.
Acerca
de lo que dice Basil sobre los barrios bajos y decrépitos, son palabras que
brotan de alguien que conoce de sobra la
condición del ser humano, característica que le permite ver las capas intrínsecas
de dichas personas y sus entornos.
En
cuanto a Basil Grant, éste se retiró de su trabajo voluntariamente porque en
sus últimos juicios ya desvariaba un poco, por ejemplo, se ponía a cantar. A
raíz de lo anterior, por cierto, se especulo que había quedado chalado. Ahora,
no creo que estuviera completamente loco, digamos parcial, ya que no se azotaba
contra la pared, no se comía sus desechos, no decía palabras inconexas, no se
encontraba sumergido en otro mundo, como he visto que algunos “locos” lo hacen.
En
relación al juez y el detective, la principal diferencia se da en la forma que,
por cierto, tienen en sacar sus conclusiones; el juez ve entre las capas de los
acontecimientos.
El
negocio del Organizador de la Réplica Inteligente me pareció muy similar al de
la ropa y fajas que te hacen ver más delgados, o al de los asesores que te
dictan por “chícharo” lo que tienes que decir para parecer más inteligente y
elocuente en tus presentaciones, ya que te faltan sesos, o al de los escritores
fantasma; es decir, una simulación, engañarse a uno mismo, venderles una imagen
a los demás de alguien que no eres, una vil farsa.
Dicho
negocio sigue siendo necesario hoy en día, sobre todo para aquellas
personas que ansían proyectar una imagen
diferente de la que les corresponde.
Y,
en definitiva, no contraria el servicio, ya que prefiero lograrlo por méritos
propios. Prefiero seguir el camino del autodidacta.
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