La verdad es que me
sorprendió saber que los indígenas eran tan codiciosos y tan interesados, hablando
principalmente de la población aborigen americana. Pues hace ya algunos años
leí el libro Vera historia del Tío Sam de
Rius, en donde se retrata de manera distinta a dicha población. Aquí un
fragmento:
No había entre ellos ambiciones ni envidias, pues la tierra era de todos y lo mismo la cacería y la pesca, los caballos, los bosques, los animales… Los monjes que los conocieron en un principio, los describen “indiferentes a tener más y satisfechos con poseer lo suficiente para vivir al día”…
Sin duda qué algo similar le
ocurre a Spender, ya que se ha creado una imagen idealizada de los marcianos,
al creer que sólo eran paz y equilibrio y amor y vida y seres superiores. Pero,
analizando las tres primeras expediciones, el modo de pensar no era muy
distinto al terrestre, y si les quitamos ciertas características como rasgos físicos,
telepatía, Marte, podríamos decir que hasta en cierta forma son similares ambas
especies. No obstante, Spender siente que dichos seres eran todo lo contrario
que los humano (puras cosas malas), y que por ello, no merecían morir ni ellos
ni su cultura ni su arquitectura, etc.
Quizá si Spender fuera de
otro planeta y llegara a la Tierra y se topara con varios escritos de el filosofo
Seneca, diría que éste siempre estuvo a favor de las disciplinas morales
tradicionales del mundo romano, hechas de magnanimidad, desprecio a la muerte y
a los bienes terrenos, de una ética exigente e insobornable. Se crearía una
imagen que no corresponde a la del hombre Seneca, el cual se dejo tentar por el
dinero, el poder, la concupiscencia. Siempre hay que analizar todo y después
hacer una síntesis.
Después de un viaje largo y
con algunas complicaciones y sin saber que fue de las otras tres expediciones,
creo que si debieron festejar, pero con discreción y respeto.
Asimismo, me parece que
ambos se hicieron astronautas por distintas razones; Spender lo hizo porque
ansiaba conocer otras culturas, otros mundos, otras formas de vida, ampliar sus
horizontes; Biggs, por su parte, lo hizo por la grandeza y la fama (narcisista el
tipo).
En el cuento Las langostas el autor hace una analogía
entre humanos y una plaga muy destructora de insectos (saltamontes), que en
ciertas circunstancias azota distintos lugares terrestres, destruyéndolos. Prácticamente
el escritor nos está diciendo que los humanos somos una plaga que destruye todo
a su paso, palabras más, palabras menos.
Debo decir que no comparto
la idea de echar a todas las personas en el mismo costal, pues sería injusto.
Considero que el escritor
hace una crítica más dura contra los humanos que con marcianos. Poco se sabe
sobre los vicios y virtudes de los habitantes de Marte, mientras que a los
terrestres los pinta como una plaga, invasores, colonizadores, seres que
destruyen todo a su paso, casi casi pide la extinción. Bueno, eso me pareció a
mí.
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