Es muy común encontrar
historias que aborden los viajes en el tiempo, principalmente en Internet. Se
pueden encontrar videos, audios, lecturas y fotos, que tratan de convencer a
las personas de que se puede viajar en
el tiempo, solamente se necesita tener la mente abierta para poder
comprenderlo, advierten. Lo cierto es que esas historias son ficción, al menos
para mí, y como tal, son entretenidas, pues nos brindan material para llevar al
límite nuestra imaginación.
Hubo una época en que me
apasionaron los documentales sobre los misterios del universo, la física, el espacio-tiempo,
la mecánica cuántica, entre otros temas. Recuerdo que en varios episodios se
tocaba la posibilidad de los viajes en el tiempo, como los hemos visto en películas,
series, libros, etcétera. Algunos físicos afirmaban que se podía viajar en el
tiempo mediante agujeros de gusano o puentes Einstein-Rosen, mientras que otros
decían que era prácticamente imposible, pues se necesitaba de una inteligencia
y tecnología superior para crear mecanismos que permitieran dichos viajes.
Me gustaría viajar al futuro
para saber si logramos salir del planeta antes de que colapsara, o saber si
existen otras formas de vida en el espacio, o si hemos logrado descifrar
algunos de los secretos del cosmos. Pero también me gustaría viajar al pasado
para descubrir las interrogantes de nuestro propio origen, el cual no está muy
claro. Además, me gustaría saber a ciencia cierta que ocurrió en algunos de los
eventos que recordamos hasta ahora, y que sospecho que no ocurrieron como nos
los contaron.
Recuerdo que en un episodio
de Los Simpsons, a Lisa le dejan
hacer una investigación sobre el futuro del planeta. Todo lo que descubre son
malas noticias: cambio climático, contaminación, pobreza, entre otras cosas. A raíz
de la investigación, se deprime. Situación que hace que le receten antidepresivos para soportar la realidad. Recordé
el episodio porque comparto su visión sobre el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario