viernes, 21 de noviembre de 2014

Tercero Sesión de Zona de peligro.




Considero que aún hay muchas cosas por descubrir en el mundo, lugares a los cuales los seres humanos no han podido entrar, pues su naturaleza biológica se los dificulta. Un ejemplo claro son los océanos, los cuales representan tres cuartas parte del planeta Tierra, sin embargo, es escaso el conocimiento sobre los diferentes ecosistemas y especies que lo habitan. También la naturaleza sigue  sorprendiéndonos, ya que sigue evolucionando y mutando, generando con ello, seres más complejos. 

Por ejemplo, durante los últimos años, un grupo de investigadores de distintas partes del mundo, han empezado ha estudiar la neurobiología de las plantas. Los descubrimientos que han registrado, resultan asombrosos y controversiales. Pues, según estos, las plantas son capaces de desarrollar un proceso cognitivo,  que les permite sentir su entorno, comunicarse químicamente con otras, recordar información  y reaccionar, elementos sólo atribuidos a los humanos y animales. De corroborarse con investigaciones y análisis, ampliaría nuestra visión sobre la vida vegetal.

Cuando leí las líneas, lo primero que pensé fue que tenían a un asesino de nivel 4, y que muy probablemente iban a morir. Quería abofetearlos por no tomar las medidas necesarias, y por tomárselo a la ligera. También pensé en una gran cantidad de insultos. 

Lo ideal sería dar a conocer nuestro estado de salud, ya que estaríamos poniendo en peligro la supervivencia de diversas especies, entre ellas la nuestra. Además, como hemos leído, la cepa del virus mata a 9 de 10 personas, haciéndola devastadora. Sin embargo, creo que en determinadas situaciones, nuestro instinto de supervivencia se hace presente, pidiéndonos que luchemos, o que esperemos a ver que pasa.

Los dos títulos hacen referencia a sucesos naturales. En el primer caso, es claro que se esta hablando sobre alguna enfermedad que ataca a las personas, y que produce llagas, como la EVE (produce erupciones cutáneas). El segundo caso, muy seguramente, habla sobre las mareas rojas, causadas por un microorganismo llamado Cochlodinium catenatum, que en concentraciones altas es toxica para los peces, matándolos. Lo que me lleva a pensar, que los dos capítulos hacen referencia a la naturaleza y los organismos que viven en ella. La constante lucha entre los diferentes organismos por replicarse. 

Ahora bien, también se puede interpretar de la siguiente manera:

Dios siempre ha estado llamando a los hombres y mujeres al arrepentimiento a lo largo de la historia, y los desastres naturales son sólo un medio de hacer esto. Dios sacude a las naciones para despertar a los seres humanos de su autosuficiencia, e invitarlos a adorarlo. Cuando los humanos no hacen caso, Dios les dice: arrepiéntete o morirás.

Sin duda, concuerdo con la descripción. Si uno se pone a pensar, los virus no se compadecen ante el dolor de sus victimas. No se detienen a analizar filosóficamente sus implicaciones sobre otros seres vivos (como lo hacemos muchas personas), simplemente los destrozan de una manera realmente violenta y eficaz. Entonces no sabemos en dónde quedo la belleza que nos sobrecoge cuando observamos sus bellas e imperfectas creaciones; aves cantando, plantas, arboles, montañas, ríos, reptiles, etc.  La naturaleza puede ser horrible pero también hermosa, la dualidad que rige al universo.  



No hay comentarios:

Publicar un comentario