En la etapa de la niñez se
empieza a condicionar nuestro modo de “ver” la vida. Las personas adultas nos
empiezan a transmitir como debemos de enfrentar ciertos problemas, a que equipo
hay que apoyar, como debemos comportarnos, como debemos de vestirnos, etcétera.
Los medios masivos de comunicación también
influyen en el proceso de formación de los niños y niñas, convirtiéndolos poco
a poco en prototipos ya establecidos; en maquinas de consumo.
En la niñez los humanos
empezamos a interactuar con el medio que nos rodea, y éste influirá en nuestro
desarrollo, como también lo harán los cambios físicos y psicológicos. Las
experiencias que tengamos en esta etapa van marcar como nos desenvolvemos en un
futuro, cuantas fobias desarrollamos, como nos desenvolvemos socialmente, cuantos
vacíos tendremos, e incluso cuanto tiempo viviremos. Pero, ¿la infancia es
destino? Tal vez para algunos si sea aplicable, pero para otros no. Pues hay personas
que diariamente tratan de conocerse un poco más, y en el proceso tratan de
hacer consiente lo inconsciente. Es entonces que se puede hablar de una
conciencia, misma que nos permitirá construir la persona que en realidad somos
y no la que nos han hecho creer que somos.
Al iniciar la etapa
reproductiva en niños y niñas, el cerebro comienza a liberar un coctel de
hormonas que harán que ocurran cambios tanto físicos como emocionales. Me
parece que esta etapa marca el fin de la niñez.
Los mexicanos nos topamos y
usamos una gran cantidad de palabras en inglés. En gran medida se debe a nuestra
cercanía con Estados Unidos y la influencia que éste tiene sobre nuestro país. Pero
también se debe a que el inglés es el idioma de la economía, la política, la
cultura, la ciencia, la música y la industria cinematográfica. Desde hace 500
años el inglés se ha ido expandiendo poco a poco, hasta convertirse en el idioma de la globalización.
Cada país tiene nombres de
acuerdo a su idioma, por ejemplo en Francia están los nombres Isabelle, Amélie,
Alphonse, Alexandre. En Afganistán podemos encontrar Gzifa, Hidi, Namir, Yasir,
etcétera. En Japón podemos encontrar Hikari, Mizuki, Natzuki, etcétera. Las
personas tendemos a asociar los nombres con ciertas características propias de
cada país. Por ello, muchas personas consideran que el nombre de Kevin no va
con las características fisiológicas de los mexicanos, lo cual me parece absurdo,
ya que cada quien es libre de llamar a sus hijos como quiera (bueno hay algunas
excepciones).
Las personas que deciden
elegir algún nombre extranjero para sus hijos, o lo hacen por imitación, o por
admiración, bueno eso creo.
Había leído algo al respecto.
La verdad es que soy muy escéptico con respecto al dichoso milagro. Pero no hay
porque vivir en el pasado, pues con las reformas que ha impulsado el
presidente, estoy seguro de que moveremos a México. ¡Bienvenidos saqueadores!
No hay comentarios:
Publicar un comentario