martes, 8 de septiembre de 2020

Segunda sesión de A cuerpo de gato


 


En el Aleph, como ya se ha mencionado en la sesión anterior, hemos leído algunas historias en las que figuran como protagonistas algunos animales, tenemos a Rebelión en la granja (animales de granja dispuestos a derrocar al tiránico granjero para después instaurar un “mundo nuevo”, solidario) de George Orwell, El libro de la selva (donde se nos muestra la concepción del mundo de ciertos animales) de Rudyard Kipling, Corazón de perro (una sátira del régimen de la Unión Soviética) de Mijaíl Bulgákov. Otras lecturas que he hecho y cuyos protagonistas son dichos seres son Las cucarachas no tienen rey de Daniel Weiss, historia que nos narra la visión de ortópteros en su día a día con los humanos; Los perros duros no bailan de Arturo Pérez-Reverte, texto cargado de crítica hacia ciertas conductas de los humanos desde la visión del Negro; Elvis nunca se equivoca de Rodrigo Morlesin y Satoshi Kitamura, historia que retrata las dificultades de los perros pequeños en las calles.

 

Si la historia sucediera en nuestro país en la actualidad, creo que, muy seguramente, debido a la diversidad de visiones, maneras de pensar, de concebir el mundo, la realidad, se podría narrar desde la visión de cualquier animal. No obstante, habría una predilección por gatos y perros, mascotas que son populares en nuestro país.

 

Ahora bien, sabemos que Nana no le responde a Satoru con palabras y lo que le dice se encuentra sólo en su mente, por cierto, ya que en la página 9 nos dice:

 

Claro que, aunque lo hubiera tenido, como Satoru no entendía mi lengua,

tampoco habría habido modo de comunicárselo. Los humanos son poco prácticos, ¿verdad? Solo entienden su propia lengua. ¿Sabían ustedes que los animales somos multilingües?

 

Sin duda que Kosuke tenía planeado quedarse con Nana por revancha hacia su padre (era un cabrón), pues cuando era niño no lo dejo conservar a Hachi, tenía que acoplarse a su régimen autoritario. También para tratar de retener a su esposa que es amante de los gatos. Lo anterior provoca que a Nana, siendo un gato callejero ducho, le desagrade Kosuke, ya que entiende que lo que tiene que hacer éste es dejar atrás al gato Hachi, el pasado, alejarse de aquel padre tiránico, iniciar en un lugar nuevo con su esposa y con otro gato, un nuevo inicio.  

 

La reflexión que hace Nana tiene un hilo conductor con Daigo, uno, ya que éste al igual que el gatito débil, nunca se hizo notar, no exteriorizo lo que sentía, lo que bullía en su interior, prefería evitar la confrontación con unos padres que lo tuvieron sólo como norma social; dos, qué siendo un niño necesitaba sentirse querido, de cuidados emocionales, protegido, para tener un desarrollo óptimo.

 

En la historia que estamos leyendo es importante que existan dos voces narrativas, en el fondo, para hacer una distinción entre las diferentes concepciones que se tienen sobre la realidad, sobre el mundo, sobre la forma de interpretación de las cosas, sucesos, sobre los sentimientos, sobre las dificultades en un mundo y en el otro. Cada individuo, cada especie, interpreta, ve, siente, concibe, al mundo de distinta manera.

 

 

 

 


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