domingo, 24 de marzo de 2019

Segunda sesión de Ángeles e insectos



Pues bien, tengo cuatro teorías del porqué de la decisión de Alabaster con respecto a Adamson; primera, que le haya pedido que se quede a vivir en Bredely Hall para que catalogue su colección; segunda, instruya con sus conocimientos a las niñas; tercera, para debatir ideas y retroalimentarse, que a su vez den pie a la creación de su libro, cuyo tema central es el “diseño inteligente”; cuarta, que pretenda conseguirle un esposo a su hija.

En la historia que nos presenta el narrador, por cierto, podemos encontrar constantemente comparaciones, referencias, a las hormigas y su comportamiento con respecto a nosotros, ya que si se analiza a fondo, de hecho, ambas especies, más de lo que les gustaría a los que creen que somos seres “especiales”, superiores, son similares. Ambas especies son sociales, siguen comportamientos, muchas veces, sin cuestionarlos, preestablecidos, tienen papeles ya definidos, invaden, esclavizan, roban, dependientes de otros, etc.  Lo que demostraría, primero, que nuestro origen se encuentra más apegado a ras de suelo que en el cielo, segundo, que aunque pregonemos que somos “libres”, por cierto, seguimos algoritmos preestablecidos e impuestos por la biología y por la sociedad que, inconscientemente, pasan desapercibidos.

Adamson tiene sensaciones ambivalentes con la vida que lleva en la casa de los Alabaster, pues en ocasiones se aburre de seleccionar, otras es su terapia ocupacional, a veces se siente útil, otras relegado, a veces se siente enamorado de Eugenia, otras veces siente que no es para él, a veces se siente feliz, otras siente que nunca lo fue, primero quería estar rodeado de personas, después quería la soledad, etc.
Ahora bien, si yo estuviera en su misma situación, creo que el deseo de estar y no, de ser y no, la ambivalencia, en el fondo, también estaría presente.

Las deducciones del señor Alabaster con respecto a la superioridad que brinda el hecho de admirar la belleza, lo que nos hace más que bestias brutas ( a lo largo del tiempo se ha ido demostrando, antes se reían de la idea, que los animales y plantas poseen en menor cantidad esta cualidad), parte de su visión, creencias, ideas, de que dentro de la realidad, el mundo, en el cual nos desenvolvemos, en el fondo, hay un diseño inteligente de un hacedor qué puso énfasis en nosotros, nos elevó mentalmente.  Dichas ideas son populares y aceptadas en personas que no creen que somos producto del azar, de la prueba y error de la naturaleza; el pensamiento mágico de que hay algo más.
Así pues, cómo las personas pretenden comprender alguna deidad, algo más elevado, extraterrestres, si no se conocen a sí mismos, si son incapaces de cuestionarse y profundizar en el interior.

Adamson como buen observador puede vislumbrar los posibles desenlaces de la pelea a puños, duelo con armas, con el borracho de Edgar, como que alguno acabe muerto, que la boda se cancele por su comportamiento, que el señor de la casa lo reprenda y eche, perder a Eugenia, de quien está profundamente enamorado, etc. Es decir, Adamson sabe que si se enfrenta a Edgar, como se dice popularmente, tiene todas las de perder.

La relación que se da entre Adamson con la inteligente, despierta y eficiente, Matty, es de trabajo e interés por saber más sobre las hormigas.
Asimismo, considero que según he podido “observar” y comparar a las mujeres de la casa, Matty se diferencia de las otras porque, al igual que Adamson, no observa sino que “ve”



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