Las principales razones por las que son
diferentes los avistamientos de fantasmas hehcos por niños al de los adultos, por un
lado, tiene que ver con la concepción casi generalizada que se tiene de los
primeros, ya que se les atribuyen características (algunas sesgadas) como la
bondad, la inocencia, la pureza, la
verdad, la vulnerabilidad, la semilla de la siguiente generación, etc., que hacen que el impacto sea más fuerte
en nosotros. Por el otro, se suele, muchas veces, asociar el que hayan visto fantasmas
con el producto de su imaginación desbordante, además de que se tiene concebida la
idea de que no tienen los filtros que tiene un adulto.
Creo que el hecho por el cual la
institutriz está tan aislada de los demás habitantes del lugar, se debe a su
personalidad un tanto retraída, un tanto introvertida, por lo que le resulta
más complicado relacionarse con otras personas con las que no se encuentra
obligada a interactuar.
Considero que en el texto se pueden
encontrar varias referencias al mar porque, en el fondo, el escritor plasmo en
el libro lo que experimento al ver aquella inmensidad de agua salada capaz de
matar, aquella soledad que se siente al estar lejos de suelo firme, aquella
violencia que se presenta en forma de tormenta, aquella sensación de perdida de
control, un control ilusorio, aquella sensación de saberse extraviado, aquella
sensación de verse empequeñecido por la inmensidad.
La institutriz se identifica con los
sentimientos, sensaciones, de un capitán de barco a merced de las inclemencias
del mar, porque lo que experimenta se asemeja mucho a la sensación de estar a
la deriva, de ver cosas y sucesos y situaciones sobre las que no se tiene el
control, tener miedo ante el horizonte de sucesos nuevos. Y es que dejar el
mundo en el que se ha crecido, recoger amarras y zarpar hacia nuevos destinos,
en ocasiones elegidos, en ocasiones impuestos, no es tan sencillo, requiere de
trabajo. La insatisfacción nos impulsa, el miedo nos frena.
Con respecto a la posible
existencia de los fantasmas en el libro,
de hecho, se pueden tener tres lecturas, primera, que sean ilusiones de un
cerebro con fallas o con una enfermedad (la esquizofrenia produce alucinaciones),
dos, que la institutriz posea una sensibilidad sobrehumana que le permita
percibir seres que están más allá de nuestra dimensión, tres, que tenga una
imaginación desbordante capaz de crear proyecciones.
Yo apuesto a que todo aquello es
producto de la mente de la institutriz, pues nadie más los ha visto, a propósito,
ni los niños (ellas supone que los ven). No hay un punto de comparación. A todo
esto, el cerebro es una maquina que puede crear lo que nosotros queramos,
solamente basta con ver videos de internet para comprobarlo.
Acerca de los temores de la institutriz
con respecto a los niños y los posibles riesgos que corren por los entes
malvados que los acechan para realizar todo tipo de perversiones, tengo tres
ideas, primera, que abusen sexualmente de ellos (los principales abusadores son
personas cercanas), segunda, que los golpeen, que los torturen, tercera, que
los traten de asesinar.
El hecho de que no tengamos todos los
detalles de lo que acontece en Bly, de la historia, por cierto, se debe a que
de esta manera cada lector crea una historia diferente, rellena los huecos
según su forma de ver al mundo, para crear tensión, para intrigarnos (somos
seres curiosos). Además, en el fondo, las personas nos sentimos incomodas
cuando desconocemos algo, cuando ignoramos cosas, por ello preferimos crear teorías,
muchas veces deschavetadas, antes que aceptar que somos ignorantes.
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