viernes, 9 de junio de 2017

Segunda sesión de Macbeth





Ambos guerreros toman en cuenta las profecías de las tres bujas porque el destino que les espera es conveniente para los dos, a uno le espera el reinado, al otro que sus hijos sean reyes. Ahora, no creo que les hubiesen hecho tanto caso si les esperasen tragedias.

Considero que las brujas decidieron dar una probada de su futuro a Bancuo y a Macbeth, primero, porque las hermanas hechiceras rigen el destino, segundo, para demostrarles su poder, tercero, porque más tarde querrán un pago.

La reacción de Macbeth al recibir las profecías es, de hecho, la de un hombre que ha estado pensando por algún tiempo que él merece ser rey, que lo haría mucho mejor, que su destino es gobernar. Mientras que la de su camarada, en un inicio, es un tanto turbada, ya que intuye que aquellos seres que se desvanecieron pueden ser heraldos del mal, aunque después, a propósito, no se le “ve” muy preocupado.

Una de las formas en las que se puede llegar a conocer o vislumbrar cómo es una persona, por cierto,  son por los hechos, las acciones, más que por el uso excesivo de las palabras. Así, Bancuo al estar en diferentes combates junto con Macbeth ha logrado percibir parte de su personalidad, ha llegado a entrever lo que es capaz de hacer. Por ello, quizá, sabe que su camarada hará lo necesario para llegar a ser rey.

En un “mundo” en donde la magia es real, en el fondo, diferenciarla de las alucinaciones es muy difícil, mejor dicho, imposible, hasta a Macbeth le cuesta saber si está sufriendo alucinaciones por la presión, la culpa, o si es el destino el que le muestra el camino.
Así pues, sin duda que yo elegiría la opción más razonable, que ver un cuchillo con sangre flotando se debe a la presión que siente Macbeth por el asesinato que debe cometer, sin embargo, debido a que en la historia la magia tiene cabida, diré que el suceso en cuestión es una visión sobrenatural, en el fondo, que le muestran las diosas que rigen el destino.

Macbeth, de entrada, después de meditar su plan detenidamente ya no está tan seguro de querer asesinar a su pariente para ascender en la escala social, pues diferentes pensamientos, alucinaciones, delirios, acucian su interior. Si bien el tuvo la idea, y se la conto a su esposa para que ésta le ayudara, poco a poco ha ido perdiendo voluntad. Por ello acude con ésta para escuchar algún consejo, fortaleza, para darse valor, quien le dice que ya no hay marcha atrás, que lo tiene que realizar, el asesinato.
Una vez que ha dado muerte a Duncan, se puede entrever que Macbeth siente cierta culpa por lo que acaba de cometer, no así su esposa, quien parece ser una mujer de un carácter fuerte.
Ahora bien, es curioso que Macbeth sienta culpa por un asesinato, ya que ha estado en diferentes batallas y, muy seguramente, ha matado a unos cuantos; pues se dice por allí, a propósito, que el primero es el más difícil, los demás son rutina.



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