viernes, 14 de abril de 2017

Segunda sesión de Fahrenheit 451



Al intento de suicidio de Mildred se le pueden dar dos lecturas; primera, todo se trató de una sobredosis de fármacos, propia de una persona drogodependiente, pues éstas necesitan ir aumentado la cantidad, debido a que el cuerpo crea resistencia, hasta que se meten demás y, por ende, el cuerpo colapsa. Digamos que fue accidental, pues; segunda, realmente intentó acabar con su vida, ya que poco a poco se fueron instalando en su mente  sentimientos de vacío y tristeza, que prefirió dormir el sueño eterno. Un tanto simplista mi segunda lectura, pero no alcanzo a comprender por qué una persona que no piensa y que ignora muchas cosas se siente con deseos de suicidarse, si las personas que menos piensan, según mi experiencia, son más felices.

La razón por la cual la sociedad en la que sucede la historia es tan violenta, se debe a que el autor se imaginaba qué en un mundo en donde la gente no leía, no sabía, no aprendía, la drogadicción, las pandillas, violaciones y delitos, por cierto, se dispararían, creando un mundo en decadencia. Creía que al utilizar menos la razón, parte que nos hace humanos, regresaríamos a un estado más primitivo, más violento.
Ahora, los problemas que nos aquejan, por lo visto, para el autor se resolverían si cada niño pudiese disponer de una biblioteca (página 12), empaparse de libros, cosa que no considero cierta, ya que hay otras cosas que son importantes para el desarrollo de las personas como el acceso a la salud, alimentación, vivienda digna, vestimenta, etc. ¿Cómo un niño con hambre puede concentrarse en un libro si apenas y tiene fuerzas para mantenerse en pie?   

En la sociedad en la que vive Montag, alterna, considero que no todos los libros estaban prohibidos, sólo los textos que eran incomodos al sistema, aquellos que alteraban el equilibrio establecido, como se puede leer en la página 40: “Montag miró hacia la pared, más allá de ellos, en la que había las listas mecanografiadas de un millón de libros prohibidos”. Si todos los libros estuvieran prohibidos, ¿qué sentido tendría tener las dichosas listas?  Tendría que haber sólo un lema que dijera: “Todo libro debe ser quemado”. Por ello me aventuro a decir que había textos que libraban la censura, tipo: Ponte guapa en 10 minutos, Cómo lucir abdomen plano en dos semanas, sin sudar, Pensar es para los infelices, Mitos de los libros, etc.

Quemar los libros, en la historia, no tiene nada más el propósito de hacer valer la ley, erradicar el mal, purificar a la sociedad, sino que hay, en el fondo, un mensaje intimidatorio que se pretende enviar a los demás: “Si tratas de romper el equilibrio, bueno, vas a acabar mal”.

Mildred es adicta a estar conectada con sus aparatos; pasa tanto tiempo con ellos que se han convertido en una extensión de su cuerpo, y, en consecuencia, estar sin éstos le produce una sensación de vacío, ansiedad. Como sucede en la actualidad.

Es importante resaltar el comportamiento de Mildred en la historia, el aislamiento crónico que le producen las pantallas y los audífonos y demás cosillas, ante todo, para mostrarnos parte del porqué de la decadencia de la sociedad.
Las personas pasan sumergidas en los mundos artificiales tanto tiempo, consumiendo material basura que, en consecuencia, se vuelven seres vacíos, tontos, violentos, es decir, involucionan.

Tengo dos suposiciones con respecto al actuar de Beatty, primera, es posible que a los capitanes de bomberos se les exija que conozcan de literatura, esto para que puedan percatarse de posibles infractores, ya que las personas que leen, en teoría, hablan con un  léxico más variado y extenso, segunda, el capitán ha roto la prohibición y ha leído algunos libros, movido por la curiosidad de saber por qué tanto alboroto.

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