Si bien la cantidad de información que recibimos es
mucha y muy variada, gran cantidad de ésta es, prácticamente, basura, que no
añade gran cosa a la construcción del ser. Por ejemplo, tenemos noticias
falsas, motivación personal barata, noticias amañadas, videos banales, etc., en
fin, contenidos que no aportan gran cantidad de conocimiento, información para
que las personas sean más sabias. También hay que decir qué el que no haya
gente más ducha, el grueso de la población, tiene que ver con que los
individuos no buscan nutrir su intelecto, no son autodidactas, ya que es más fácil
y cómodo consumir contenidos digeribles, contenidos que no
quemen los sesos.
Bien, las pantallas en mi hogar se usan de distintas
formas, para ver películas, programas, para lectura, para hacer investigaciones,
para escuchar música, incluso me gusta conectar, en ocasiones, el celular al minicomponente
para escuchar alguna conferencia subida a You
Tube.
Considero que las tablets en las escuelas primarias pueden
ser herramientas que ayuden a enseñar/adquirir información, no obstante, deben
de ir acompañadas de un sistema educativo (los padres también están incluidos)
que enseñe a pensar, y, además, enfocado a las distintas inteligencias. Cosa
que veo difícil en nuestro país aún.
Leer libros nos sirve para conversar con
inteligencias exquisitas, nos sirve para expandir y ver más allá de nuestro
pequeño mundo, nos sirve para vivir otras vidas, nos sirve para enamorarnos,
llorar, reír, nos sirve para entender mejor al ser humano y, de paso,
entendernos mejor a nosotros mismos, nos sirve para viajar y conocer otros
lugares, otras personas, otros paisajes, otros modos de vivir, nos sirve para
conocer ese lado oscuro, crudo, vulgar, que poseemos, nos sirve para entender
que hay hombres buenos que se transformaron en malos y malos que transformaron
en buenos, nos sirve para despertar y
nutrir a nuestra consciencia.
Ahora, definitivamente, hay personas que ostentan el
poder o que lo ansían, a quienes les viene bien que las personas, la masa, no
lean de forma crítica, porque de esta manera es más fácil engatusarla,
manipularla, aplacarla.
Basta con decir que leer no te va a transformar en
un mejor ser humano, como por arte de magia, pues para ser mejor se requiere de
mucha reflexión, de autocritica, de autoconocimiento, de mucha chamba, pues; es
decir, lo importante no es cuanto y qué lees, sino lo que haces con lo leído.
Las razones por las que la mayoría de las personas
no leen poesía, me parece que tiene que ver, primera, con que ésta es un tanto
confusa, segunda, necesita su tiempo para ser saboreada, escuchada, deglutida,
como un buen vino, como un buen café, como una buena comida, para disfrutar y
deleitarse de cada una de sus palabras; y, vivimos en tiempos en donde todo
tiene que ser rápido, inmediato, lleno de palabras vacías e innecesarias, lleno
de ruido.
A todo esto, claro que me gusta la poesía, por ello
quiero compartirles el siguiente poema:
El arte de perder se domina fácilmente;
tantas cosas parecen decididas a extraviarse
que su pérdida no es ningún desastre.
Pierde algo cada día. Acepta la angustia
de las llaves perdidas, de las horas derrochadas en vano.
El arte de perder se domina fácilmente.
Después entrénate en perder más lejos, en perder más rápido:
lugares y nombres, los sitios a los que pensabas viajar.
Ninguna de esas pérdidas ocasionará el desastre.
Perdí el reloj de mi madre. Y mira, se me fue
la última o la penúltima de mis tres casas amadas.
El arte de perder se domina fácilmente.
Perdí dos ciudades, dos hermosas ciudades. Y aun más:
algunos reinos que tenía, dos ríos, un continente.
Los extraño, pero no fue un desastre.
Incluso al perderte (la voz bromista, el gesto
que amo) no habré mentido. Es indudable
que el arte de perder se domina fácilmente,
así parezca (¡escríbelo!) un desastre.
Elizabeth Bishop (1911-1979)
Para que en un país la gente se levante, arme una
revolución, tome las calles y proteste, tiene que haber memoria, organización,
puntos de acuerdo, hartazgo, sed de justicia, una chispa que encienda la
revuelta.
Sin duda que hay países que aguantan más que otros y
esto es, en gran medida, primero, por la
normalización de los sucesos, segundo, por la poca organización, tercero, por
el miedo, cuarto, por la falta de interés, quinto, por ignorancia, sexto,
porque hay personas que le siguen el juego al poder.
Ahora bien, claro que hay una responsabilidad en
cada persona para cambiar ciertas cosas en un país, pero sin caer en la trampa
de: “Si cambias tú, cambia el mundo”; porque el mundo está lleno de fosas de
personas que cambiaron, las cuales fueron incomodas para el sistema.
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