Desde el inicio del texto fui dándole
forma al protagonista con una mescolanza de características que he ido
acumulando de tanto ver imágenes y leído textos. No sé por qué extraña razón
supuse que el personaje es o fue un escritor, que huye de la justicia por
alguna publicación que incomodó a alguien. Desde entonces vaga por diferentes países
sudamericanos, con la esperanza de que lo dejen de perseguir. Aunque también he
pensado que huye de la falsedad con la que se cubre la sociedad, pues en su
diario se deja ver algo del misántropo que lleva dentro (que llevamos dentro).
Hay cierto grado de anonimato en el
personaje que nos va narrando los sucesos y los personajes y los paisajes.
Hasta el momento no nos ha dicho su nombre, su pasado, su nacionalidad. Pero si
tuviera que decir de dónde procede, sólo hay dos opciones: Uruguay o Argentina.
Esto lo sé por la palabra usina, la
que encontramos en el texto, cuya definición es la siguiente:
Usina f. Galicismo por fábrica,
especialmente la que produce gas o
electricidad, empleado frecuentemente en Uruguay y Argentina.
Conozco dos relatos que suceden en
una isla, el primero es La isla de las
voces de Stevenson, el segundo es El
señor de las moscas de William Golding. Sin embargo, debo decir que, ambos
textos no cuentan historias de hombres solos.
La historia adquiriría otro matiz si el personaje hubiese sido un
naufrago, pues éste, a diferencia del fugitivo, busca ser visto, encontrado por
otras personas. Lo hemos visto en películas o series, o leído, lo primero que
hacen es hacer una señal para que los rescaten desde un helicóptero o un barco.
Mientras que nuestro personaje quiere mantenerse escondido, anónimo, alejarse
de las otras personas. Aunque poco a poco se ha ido acercando a las
proyecciones que pueblan la isla. Él mismo es una proyección de nuestro cerebro
pero no lo sabe.
La imagen que me he formado del
narrador es, estatura 1,70cm, tez clara, algo tostada-rojiza, ojos cafés
oscuros, edad entre los 30 y 40 años, cierto nivel cultural, pareciera que
tiene estudios, por la forma en que se expresa.
Creo que la forma en la que la
historia nos es contada, es así, para crear un halo de misterio en los sucesos
y las personas. Uno se comienza a pregunta si todos son proyecciones de una
maquina, algo así como una computadora, o si son alucinaciones producidas por
la sal, alguna droga, toxina, o si todo se desarrolla en un universo paralelo,
tan de moda, o si es la matrix. Finalmente
uno se cuestiona sobre la inmortalidad, si realmente morimos o si permanecemos repitiéndonos
y repitiéndonos. O, nos preguntamos ¿qué es la realidad? Quizá nosotros seamos
proyecciones de algo que aún no comprendemos, una simulación.
Me parece que nuestro cerebro es
una gran maquina de simulaciones y proyecciones que transforma las letras en imágenes,
sonidos, olores, texturas, sensaciones, otra realidad. En ocasiones, incluso,
nos parece tan real, que nos cuesta volver a la “realidad”.
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