lunes, 21 de septiembre de 2015

Segunda Sesión de Dr. Jekyll y Mr. Hyde



Las diferentes descripciones que nos dan de Mr. Hyde, son un tanto ambiguas. Sin embargo se puede concluir que es un hombre de estatura baja, pálido, que produce una sensación de deformidad, pero sin tenerla físicamente, además de que es un hombre revestido de una frialdad negra y despectiva. 

Con respecto a cómo lo describen quienes lo ven, Mr. Enfield lo describe  de la siguiente manera:


-No es fácil describirle. En su aspecto hay algo equívoco, desagradable, decididamente detestable. Nunca he visto a nadie despertar tanta repugnancia y, sin embargo, no sabría la razón. Debe de tener alguna deformidad. Esa es la impresión que produce, aunque no puedo decir concretamente por qué. Su aspecto es realmente extraordinario y, sin embargo, no podría mencionar un solo detalle fuera de lo normal. No, me es imposible. No puedo describirle. Y no es que no lo recuerde, porque te aseguro que es como si lo tuviera ante mi vista en este mismo momento.  

Mientras que Mr. Utterson lo describe así:


[…] Mr. Hyde era pequeño, pálido, producía impresión de deformidad sin ser efectivamente contrahecho, tenía una sonrisa desagradable…

A Mr. Hyde me lo imagino de la siguiente manera: un hombre de estatura promedio, pálido, corpulento, de aspecto bestial; un hombre que produce en los demás cierto tipo de rechazo, ya que logran percibir un aura, una vibra, malvada. No sé si alguna vez se hayan topado con un criminal de hueso colorado, o con un asesino, lo cierto es que producen una vibra bien pesada, tanto que tu cerebro te dice: lárgate de aquí, estas en peligro. Nunca voy a olvidar esa sensación.

El hecho de pasar por encima de una niña, no me parece lo peor que se le pueda hacer y, eso nos lo ha mostrado la realidad. Sin embargo en la historia que estamos leyendo, el autor utiliza éste incidente para mostrarnos lo inhumano, lo malo que es Mr. Hyde. Y es que tradicionalmente se ha asociado a los niños y niñas con la inocencia, bondad, pureza,  en fin, cosas buenas –que no necesariamente son ciertas-. 

Tal pareciera que sin la prueba, tan evidente, del bastón, sería muy difícil dar con el misterioso asesino. Si en la actualidad que contamos con tecnología de punta y personal ampliamente capacitado, -guiño guiño-  es ya difícil dar con los criminales, imagínense en aquella época. Por ello, creo que el autor se vale de esta situación para dar continuidad a la historia.

Si analizamos la historia de la humanidad, tradicionalmente se le ha dado un valor distinto a la noche y al día. Mientras que el día representa lo bueno, la noche representa lo malo, hasta por allí se dice que es en ésta, en donde los demonios salen, claro, para hacer el mal. Además de que la noche da cierto anonimato. Ahora, partiendo de lo anterior, si el Dr. Jeckill representa la parte buena, racional, humana del ser humano, entonces aparecerá de día, mientras que Mr. Hyde que representa lo contrario, saldrá en la oscuridad.

La ciencia no es buena ni mala, solamente da evidencias, el problema surge cuando las personas hacen mal uso de esas evidencias. Es como cuando se suele poner en el mismo nivel al comunismo y al nacional socialismo, sin embargo el comunismo no decía intrínsecamente que se realizaran las atrocidades que se cometieron, a diferencia del nacional socialismo, una vez más fueron las personas las que hicieron mal uso.

Muchas personas consideran que varias de las evidencias que muestra la ciencia son herejías. Esto se entiende porque hay un choque de creencias, más cuando se pertenece a una religión. Y es que la ciencia te mantiene preguntándote muchas cosas, asombrándote, no dejándote dormir, mientras que la religión ya tiene la respuesta para todo –lo cual no comparto-.

Lo que me da miedo que la ciencia descubra es que solamente somos una gran proyección holográfica que viene desde algún punto del cosmos,  como lo afirma la Teoría de Cuerdas.


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