El Guardián le dice al campesino:
Si tu deseo es tan grande haz la prueba de entrar a
pesar de mi prohibición. Pero recuerda que soy poderoso. Y sólo soy el último
de los guardianes. Entre salón y salón también hay guardianes, cada uno más
poderoso que el otro. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo
mirarlo siquiera.
El campesino no había previsto estas dificultades; la
Ley debería ser siempre accesible para todos, piensa, pero al fijarse en el
guardián, con su abrigo de pieles, su nariz grande y aguileña, su barba negra
de tártaro, rala y negra, decide que le conviene más esperar.
El campesino no cruza la puerta porque es una persona
imaginativa. Piensa demasiado las cosas antes de realizarlas. Vive
anticipadamente lo que cree que le va a pasar, y por ello está sufriendo las
torturas que imagina que tendrá que soportar.
Creo que a todos o al menos a una gran mayoría, nos ha
pasado que cuando buscamos alcanzar algún objetivo o una meta, nos topamos con
dificultades que no habíamos contemplado. Habrá quien decida dejarlo para más
tarde, con la esperanza de que las condiciones sean favorables, pero otros no,
pues saben que en ocasiones es necesario luchar por lo que consideren justo.
En ocasiones tener esperanza por algo que de antemano
sabemos que no se va realizar, creo que si se puede catalogar como perdida de
tiempo, porque esa energía que estamos utilizando en pensar en esa persona o en
esa cosa, bien la podrías utilizar en otra cosa realista.
Los seres humanos estamos diseñados para envejecer,
toda la vida en la tierra tarde o temprano va a envejecer y posteriormente va a
morir. En la actualidad hay una fobia muy grande a envejecer, muchas personas
gastan mucho dinero en cremas, cirugías, químicos, que les devuelvan un poco de
la juventud tan anhelada. Los medios masivos resaltan la juventud, nos la
venden como lo más maravilloso, pero yo encuentro belleza en cada etapa de la
vida. Alguna vez leí que envejecer era como volver a ser niño, y creo que tiene
algo de razón esta afirmación, pues considero que cuando envejecemos nos
olvidamos de las cosas innecesarias, porque la muerte esta tan cerca que nos
hace centrarnos en lo realmente importante, como cuando éramos niños y no nos
importaba lo que ocurriese mañana.
En el mundo existe un desprecio por lo viejo, y lo
podemos ver en todos los ámbitos de la vida, ya que lo viejo es sinónimo de
obsoleto. Pero considero que las personas adultas tienen la sabiduría que les ha
dado los años, las cosas buenas y las cosas malas, y que de ellas se puede
aprender mucho, siempre y cuando uno este dispuesto a dejar de lado la
soberbia.
Muchas personas ven en el ejército una oportunidad de
trabajo, otros se sienten atraídos por las armas, algunos más quieren reprimir,
y unos pocos ven la oportunidad de servir al país.
En México, el ejército más que servir al país ha
servido pero a los intereses de la autoridad en curso. Recordemos que la
matanza de Tlatelolco fue llevada a cabo por militares, que sin importar que hubiera
población civil desarmada, dispararon. También estuvo presente en el llamado “Halconazo”.
Cuando los indígenas de Chiapas alzaron la voz para
exigir que se les tomara en cuenta, y no se los mantuviera en el olvido, el
gobierno hizo oídos sordos. No fue hasta que se levantaron en armas y formaron
el EZLN, que el gobierno, en lugar de dialogar mando al ejército a reprimir.
La
masacre de Aguas Blancas fue realizada por grupos paramilitares que habían sido
entrenados por el ejército.
De acuerdo a la periodista Anabel Hernández, el narcotráfico
se ha inmiscuido hasta en el propio ejército. Así que ahora en lugar de ser la
solución, también forman parte del problema.
No podemos olvidar el caso en el que militares fueron
mandados a resguardar la boda del hijo de Carlos Salinas. Mira que utilizar a
los militares para cuidar una fiesta, mientras el país se cae a pedazos.
Las virtudes se pueden aplicar a todas las personas
que buscan lo mejor para la sociedad. Para aquellos y aquellas que están luchando
por dejar un país mejor del que encontraron.
Yo tengo una fotografía de la cual no me desharía,
pues en ella está alguien a quien quiero mucho. En días en que las cosas no
anduvieron muy bien, con sólo mirarla me pongo de buen humor.
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