jueves, 17 de octubre de 2013

Círculo de lectura EAD. Pedro Páramo del escritor Juan Rulfo.





La historia de Pedro Paramo es atemporal porque no se le puede atribuir a un tiempo determinado, los tiempos tristes siguen tan vigentes como hace 50 años, es más, me atrevo a decir que los tiempos tristes están más presentes ahora que hace muchos años. En la actualidad muchas personas  viven en una soledad como  la que se narra en la historia. Los tiempos avanzan sin sabor y, pareciera, que los días están teñidos de un color opaco por tanta tristeza transpirada, la ciudad está enferma como el pueblo de Comala.

Hasta el momento han aparecido tres narradores. En primer lugar, tenemos a Juan Preciado, quien nos describe como es Comala. En segundo lugar, tenemos a Eduviges Dyada, quien recibe a Juan Preciado y le da hospedaje, al mismo tiempo que nos cuenta un poco de la historia de  Dolores y Pedro. Por último, tenemos a Pedro Páramo, quien nos narra partes de su infancia, además de mostrarnos sus sentimientos por Susana. 

Rulfo eligió transportarnos del presente al pasado y viceversa, porque tenía la intención de mostrarnos un lugar en donde pasado y presente se entrelazan, dando como resultado un lugar en donde las historias pueden mutar de un instante a otro. Existe un lugar así y está en nuestro cerebro, pues podemos transportarnos al pasado y revivir momentos que sucedieron muchos años atrás, o podemos vivir el presente, aunque se dice que el presente depende del pasado.

Se dice que el infierno es un lugar, en donde después de la muerte los condenados son sometidos a un castigo eterno. Comala me parece un lugar similar, ya que las personas o entes que lo habitan, están condenadas a permanecer en ese lugar hasta la eternidad. Pero me resulta muy complicado y aterrador  entender que exista un lugar así, ya que considero que después de la muerte no hay nada. 

Nos damos cuenta que las personas de la historia ya están muertas por indicios que nos dan ellas mismas, también por lo que nos dice Juan Preciado, pues él nos dice que ya sólo quedan hebras humanas en ellos y ellas. Juan reacciona con temor al percatarse de que las personas están muertas, y es normal, pues todos reaccionamos de la misma manera ante lo desconocido.

Cuando llega a Comala empieza a percibir cosas muy extrañas, como por ejemplo, ve aparecer y desaparecer gente, escucha voces de personas, perros ladrar, etc. Creo que Juan percibe estos sucesos extraordinarios porque se adentro al mundo de los muertos y, antes de poder descansar debe cumplir la promesa que le hizo a su madre. Juan está muerto desde el inicio de la historia pero el no se ha dado cuenta.  

Dolores espero hasta su muerte para hablarle a Juan Preciado de su padre, porque necesitaba sacar todos los sentimientos  que tanto tiempo la habían carcomido por dentro. Necesitaba desprenderse del peso que yacía sobre su alma, para poder descansar sin culpa alguna. 

Me parece que Pedro es una persona con diferentes facetas, como muchos de nosotros. Si bien, conforme va creciendo va mostrando cada vez más un lado egoísta y malvado, podemos leer que en su niñez poseía un poco de inocencia que caracteriza a esa etapa de las personas.

Pensaba en ti, Susana. En las lomas verdes. Cuando volábamos papalotes en la época del aire. Oíamos allá abajo el rumor viviente del pueblo mientras estábamos encima de él, arriba de la loma, en tanto se nos iba el hilo de cáñamo arrastrado por el viento. ‘Ayúdame, Susana.’ Y unas manos suaves se apretaban a nuestras manos. `Suelta más hilo’.
El aire nos hacía reír; juntaba la mirada de nuestros ojos, mientras el hilo corría entre los dedos detrás del viento, hasta que se rompía con un leve crujido como si hubiera sido trozado por  las alas de un pájaro. Y allá arriba, el pájaro de papel caía en maromas arrastrando su cola de hilacho, perdiéndose en el verdor de la tierra.
“Tus labios estaban mojados como si los hubiera besado el rocío”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario