domingo, 19 de abril de 2020

El caso Morel




Vilela desconecta el proyector. Enciende la luz de la sala. Se levanta. Abre una gaveta de la mesa. Coge un revólver. Dos caballitos plateados grabados en la empuñadura y otro sobre el acero, con un trazo fino, casi invisible, a la izquierda de la culata. 38 especial CTG Cobra. En la mira, vestigios de herrumbre. Las estrías del cañón están bien. Recuerdos entremezclados: el suelo de tierra apisonada… olor de hierba… sudor… un rostro espantado que huye. Vilela aprieta en la mano el objeto negro y duro, sus dedos buscan una posición fácil, cierta y mortífera, estira el brazo y durante unos segundos mira un blanco al frente. Mi brazo es todo esto, hueso músculo sangre máquina oscura pieza única. Mi brazo acromegálico… No es tan bueno como tu mano protonotaria…
En el coche, pone un casete de Mozart. Soy varias personas, nadie es solo uno, pero pocos afrontan esa realidad, se permiten ser una corporación de muchos. Estamos todos en el coche, uno escucha música, otro carga un revólver con balas de doble carga. También hay un tercero que siente pena por sí mismo. Todos, yo y yo… Y todavía este otro, que no es el último, mira un rostro gastado en el espejo del coche…
(Fonseca, R (2012). El caso Morel.)

viernes, 3 de abril de 2020

Cuarta sesión de El cuento de la criada



Considero que muchas veces las ideas, proyectos, sistemas políticos, teorías, tienen buena pinta en la mente (parecen revolucionarios, transformadores), pero una vez llevados a la práctica son un desastre, no son lo que se esperaba, están destinadas a fracasar, a decepcionar. Un claro ejemplo es proyecto del cual formo el comandante. Creían que iban a mejorar las cosas y terminaron jodiéndolas.

El hecho de que exista un lugar como Jezebel´s para la crema y nata, jerarquía que según seguía los preceptos de dios, que buscaban crear un modelo distinto al anterior, nos muestra lo hipócritas, incongruentes, lo contradictorios, lo “falibles”, lo absurdos que son.

Con respecto a lo que el comandante dice sobre los hombres, creo que tiene que ver con el hecho de que parte de ellos, según su visión, se sentían perdidos, relegados, no se casaban, no tenían hijos, se desvincularon del sexo, no sabían que hacer ante el colapso de su papel de proveedores.

En cuanto a la situación de Moira, en el fondo, me hubiese gustado “verla” en una mejor posición, organizándose con otras personas, siendo parte de la dichosa resistencia, liberando a otras mujeres, más combativa que nunca. No obstante, comprendo su hartazgo de sentirse cazada, de huir constantemente, de sentir el miedo invadiendo cada rincón del cuerpo, de no ver mucha esperanza en el entorno, de tomar lo que se le da.
Ahora, tanto Moira como Defred se encuentran en una situación jodida, pero cada una, desde su perspectiva, cree que se encuentra mejor que la otra, ya que a todo se acostumbran los humanos.

Serena Joy quiere que Defred se quede embarazada, en el fondo, para alejarla del comandante, para enviarla con algún otro que necesite un cambio, lejos de su hogar; quiere que se terminen los bochornosos triángulos amoroso; quiere tener un bebé (anhelo quizá porque es “estéril”) y recibir toda la atención y cumplir con su papel, lo que se espera de ella.

Las esposas actúan y piensan de tal manera, puede ser, porque tienen una visión sesgada de la realidad, tergiversada, vista desde una zona de privilegio, o, porque es como el sistema, régimen, las moldeo, espera que se comporten.

Considero que Defred logró huir con ayuda de la resistencia, ya que era alguien valiosa (tanto que otra criada prefirió suicidarse para no dar su nombre), porque poseía información, datos, de uno de los artífices del régimen. Durante algunos años estuvo moviéndose constantemente. Durante algunos años estuvo dejando su testimonio. No obstante, creo que a medida que el régimen se iba desmoronando, se iba llenando de paranoia, de traicioneros por todos lados, comenzaron a destruir toda la información, todos los objetivos prioritarios, entre ellos, claro está, Defred.

El hecho de que el testimonio sea analizado por un grupo de expertos en el futuro, a propósito, nos dice cinco cosas importantes, primera, que la historia es un ciencia inexacta, segunda, que el régimen se desplomó, tercera, que la resistencia logro crear fisuras, cuarta, que dudan de la fiabilidad del relato (por ello lo llaman cuento), quinta, que muchas mujeres no se dejaron carbonizar por los bastardos.


El cuento de la criada me pareció una lectura bastante interesante y profunda, aunque fue publicada 1985, se mantiene vigente tocando temas como la sociedad patriarcal, la injerencia de la religión en la vida y cuerpo de las mujeres, los movimientos políticos radicales de derecha (donde el otro es el enemigo), el aislamiento de los demás, el control absoluto. Temas que ponen a rumiar nuestra mente.
Lo anterior podría leerse, como otros tantos textos, como un llamado de atención de lo que pudiese suceder si no prestamos atención a todos los puntos de vista, si sólo nos centramos en las ideas que compartimos.