martes, 17 de marzo de 2020

Segunda sesión de El cuento de la criada



Los hechos históricos que logre identificar en la novela distópica fueron dos. El primero se encuentra relacionado con la forma de proceder de la “autoridad” cuando las mujeres no seguían las normas o las quebraban, ya que eran asesinadas en la soga, como lo que ocurrió en Salem en 1692; esto lo sé porque en el Aleph leímos hace algún tiempo  Las brujas de Salem, de Arthur Miller. El segundo hecho se encuentra relacionado con el muro que constantemente aparece en escena, en donde muestran los cuerpos ejecutados, y es una clara referencia al muro que dividió a Berlín desde 1961 hasta 1989.

En el texto podemos encontrar algo parecido a la categorización de las mujeres pero en hombres. Tenemos que en la cúpula se encuentran los comandantes (se encargan de las decisiones de la primera línea), le siguen los perros falderos, los espías (quienes fungen como “ojos” de los primeros), después los políticos (se encargan de que las cosas “funcionen”, o de aparentar), después los Ángeles (guardias a los que se les permite casarse), después los guardianes (matan a quien se les ordene, apagan la subversión), por último los de clase baja, como Nick.

Para que la élite se mantenga en el poder, para que las cosas sigan como lo desean, controladas, es necesario imponer tantas reglas, limitar las acciones de las mujeres, mostrarles lo que les espera. De lo contrario habría más y mayores revueltas y resistencia.  

Con respecto a los dichosos grupos que proponen que el gobierno les asigne una mujer para que satisfaga sus necesidades sexuales, que tienden a generalizar, que se victimizan, que ven una realidad distorsionada, opino que son más que unos imbéciles. En lugar de que realicen un autoconocimiento, busquen ayuda para mejorar sus habilidades sociales, busquen ayuda profesional para mejorar su autoestima, su salud mental, culpan a los demás por su situación.

Las econoesposas tienen que cocinar, realizar la limpieza, realizar las compras, criar a los hijos, lavar, zurcir, cumplir con el papel de esposa.
Ahora, hay que entender que Defred fue reeducada, adoctrinada, acondicionada, aniquilaron parte de su ser, para integrarla al régimen. Por lo anterior, vale la pena decir, ella  considera que su situación es mejor que la de las econoesposas. ¿Qué tan suya es dicha observación?

Las mujeres no podían tener una habitación en la historia, retomando la asociación entre tener una habitación propia y la escritura, porque el régimen de Gilead no quería que las mujeres escribieran lo que ocurrió allí, lo que sentían, lo que pensaban, las penurias que pasaban, quienes participaban, y que dejaran un legado posterior, como precedente, para las futuras generaciones de mujeres, de la sociedad.

Coincido con el hecho de que a lo largo de la historia el cuerpo femenino ha sido cosificado, expuesto y utilizado.
Defred siente que su cuerpo ya no es el de ella, constantemente compara su anterior estilo de vida con el actual, ya que no puede elegir con que alimentarse, que ropa utilizar, que calzado usar, no puede ejercitarse, no puede fumar ni beber, no puede utilizar cosméticos, no puede satisfacer sus deseos sexuales, no puede elegir sobre el embarazo, no puede estudiar, no puede trabajar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario