jueves, 5 de marzo de 2020

Primera sesión de El cuento de la criada



Pues bien, considero que en nuestro país suceden muchos asesinatos, muchas violaciones, violencia contra las mujeres, porque es un lugar con un profundo machismo intrínseco, con una misoginia rampante, con instituciones que no hacen su chamba, porque muchos hombres no asumen la parte que les toca para romper con los arquetipos, índices de impunidad que rondan el 90%, porque, desgraciadamente, se pueden cometer estas atrocidades.
Ahora, hace algún tiempo escuché una teoría que trataba de explicar porque la violencia hacia las mujeres se había incrementado, principalmente, en nuestro país, y se decía que, ante el constante empuje de las mujeres por hacer cumplir sus demandas, salir a trabajar, estudiar, maternidad por elección, no casarse, ser independientes, ser autosuficientes, disfrutar de su sexualidad, decidir sobre su cuerpo, etc., los hombres no estaban buscando nuevas formas de redefinirse, se frustraban, buscaban seguir manteniendo sus privilegios, su poder,  buscaban seguir controlando un dique incapaz de contener tal marea.
Asimismo, hay un buen de patrones antes citados que se reproducen en diferentes partes del globo, mas, menos, aun en los países pertenecientes al llamado primer mundo.

Hay algunos países, principalmente desarrollados, en los cuales la tasa de natalidad ha ido cayendo en los últimos años, y, claro, se han enfrentado con algunos problemas relacionados con ello, pero nada tan apocalíptico como la película citada.

Para que la humanidad no perezca tiene que encontrar un equilibrio con el medio ambiente, dejar atrás los fundamentalismos, utilizar más la razón, ser más crítica, encontrar soluciones para equilibrar el clima.  

Creo que hay un buen número de historias de mujeres que su sobrevivencia depende de alguien más, que no pueden decidir por sus cuerpos, que son ciudadanas de segunda clase, que son vigiladas y desechadas, etc. No hace falta imaginarlo porque, de hecho, sucede actualmente.
Ahora bien, si yo fuese una de las historias antes citadas, sin duda que el mundo me frustraría, me costaría trabajo “vivir”, buscaría la forma de presionar para que las cosas cambien.

Recientemente he pensado, llegado a la conclusión, que para percibir más ampliamente, con mayor profundidad, para poder distinguir lo obscuro de las cosas, de la sociedad, de las personas, se necesita tener una mente crítica capaz de romper los patrones de normalidad, los sesgos, de ver entre líneas, de cuestionar, de dudar. Desafortunadamente, se puede apreciar por la cantidad de estupideces que las personas dicen, escriben en las “redes”, que estamos lejos de lograrlo.

Me considero una persona que constantemente busca ampliar, pulir, la razón, para de esta manera, independientemente si es legal, discernir sobre las cosas, defender un punto de vista o condenarlo.  



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