Con respecto a las listas, por cierto,
suelo hacerlas para recordar cosas que debo comprar, tareas por hacer, libros
que tengo que leer, para planificar mi día, futuros proyectos.
Ahora, las realizamos porque no nos
confiamos al cien por ciento de la memoria, porque somos despistados, para
tener un mayor control de las cosas, para planificar.
Y hay de todo tipo, de hecho, listas de
los libros más vendidos, canciones que dejaron huella, películas, videojuegos,
series, videos más visualizados, personas que hay que asesinar, etc.
Los humanos seguimos teniendo algunos
aspectos que se han mantenido iguales a los de nuestros ancestros, seguimos
siendo viscerales, seguimos teniendo algunos comportamientos,
seguimos teniendo algunas ideas, creencias, seguimos teniendo los mismos
sentimientos, seguimos teniendo el mismo cerebro, etc., no obstante, en la
medida en que ciertos factores cambian, como la cultura, el lenguaje, entre
otros, las personas también lo harán, tal vez mínimamente, tal vez
imperceptiblemente.
Según he podido leer en algunos artículos,
en el fondo, la cultura y el lenguaje de cada país influyen en la percepción
que se tiene sobre su entorno, sobre la realidad, sobre algunos pensamientos,
sobre algunos comportamientos, por ello es muy probable que dos personas de
distintas épocas y culturas y lenguajes se comporten de formas distintas.
Sin duda que he sentido, muchas veces,
curiosidad por conocer otras culturas, formas de percibir las cosas,
cosmovisiones, lo que nos hace humanos, por ello es que en mis lecturas me
gusta ir incluyendo a escritores de diferentes partes del planeta que me
muestren lo anterior, desde Brasil hasta Polonia. Lo que ha derivado en que mi
mente, cual bosque diverso, robustezca su visión de las cosas, descubra los
pros y los contras de cada una, encuentre las similitudes y las diferencias, descubra
los códigos culturales, encuentre las falsas verdades.
En relación a qué pienso de Japón, creo
que es un país, como muchos otros, que tiene sus aspectos positivos y
negativos, lejos de las proyecciones, de la promoción, de los puntos de vista
sesgados, de la idealización que se suele hacer. No obstante, en comparación
con nuestro país, sobra decirlo, es un Estado que funciona.
Lo que la frase (los límites de nuestro lenguaje son los límites de nuestro mundo) nos
trata de decir es que, siendo que el pensamiento siempre se hace en el
lenguaje, pues, a mayor conocimiento de éste a través de la lectura, en teoría,
mayor capacidad de razonar, entender ciertos aspectos del mundo. Así, una
persona con un leguaje “limitado”, de hecho, tendrá una capacidad de pensar deficiente,
un mundo más limitado, pequeño, creerá que es “especial”, que solamente él puede
ver la “matrix”, las cadenas.
Es importante escribir nuestras propias
ideas porque de esta manera ejercitamos y pulimos y ampliamos nuestro volumen de pensar, lo que
derivara en una mayor capacidad de entender ideas abstractas, de ver, de
ampliar nuestros límites, de hacer a un lado en fanatismo.
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