En
cuanto a lo referido por Basil hacia Chadd, con respecto a los zulúes, tiene
que ver con que al investigar minuciosamente a éstos y, posteriormente,
categorizarlos, el profesor se ha ido distanciando cada vez más de ellos, ya
que no se reconoce dentro de ese grupo, o, por cierto, incluye a ellos en su
grupo; es decir, el profesor está dentro del grupo civilizado, mientras que los
zulúes, sobra decirlo, del lado salvaje. Por el contrario, el juez al no poder
diferenciar a unos de otros, al no categorizar su esencia, su comportamiento,
su lado salvaje, está más cerca del zúlu.
Las
hermanas del profesor temen que su hermano pierda la cordura en su totalidad,
que se vuelva un loco disfuncional –si se me permite la expresión- y que, por
tanto, ya no sea capaz de trabajar, de proveer, de pagar las cuentas.
En
la historia nos topamos con varios personajes femeninos, la señorita Jamerson,
lady Beaumont, por supuesto, las hermanas del profesor, la doncella y la
anciana, las cuales desempeñan papeles secundarios, con excepción de la última,
quien es parte importante del último episodio.
Según
mis pesquisas, de hecho, las conductas tanto de la anciana como la del profesor
encajan porque ambos están actuando, son actitudes artificiales para sacar de
balance el pensamiento de Sherlock, perdón, de Rupert.
Ahora,
considero que el negocio del profesor Chadd consiste en la creación de nuevos
lenguajes, mientras que el de la anciana es, por decirlo de algún modo, una
persona que renta para purgar condenas.
Con
respecto al tipo de novela que es El club
de los negocios raros, bueno, diría que son relatos cortos policiacos
mezclados con intrigas y situaciones absurdas y con tintes cómicos.
Hay
diferentes formas de divertir y hacer reír sin recurrir a los chistes, por
ejemplo, con una secuencia de imágenes, con situaciones absurdas, recurriendo al humor negro, recurriendo a la
ironía, etc.
Pues
bien, considero que el libro que leímos en este mes está lleno de escenas
absurdas, es más, considero que el libro en sí es una oda a lo absurdo. Y, creo
que lo anterior se debe a que la vida misma, en muchas ocasiones, es una constante
secuencia de imágenes, situaciones, vivencias, que, dicho sea de paso, son
absurdas.
Una
vez que nos enteramos que el juez es el presidente del club, las hipótesis que
realizó de los diferentes acontecimientos resultan ordinarias, un tanto, en el
fondo, como un timo, ya que conocía, con anterioridad, lo que sucedía.
El
club de los negocios raros
En
un inicio pensé que este libro iba de una historia de fantasía, después creí
que iba en una especie de reflexión de la locura, sin embrago, creo que la cosa
no va por ahí. El libro (el autor), en verdad, según yo, se burla un tanto de los escépticos, de los
Sherlock Holmes, de las personas que creen que razonando todo con minuciosidad se
pueden resolver todo y es que, por cierto, pensar de sobremanera en lugar de
invitarnos a la acción, en ocasiones, nos mantiene en el limbo de las ideas
inertes, como en el libro de Rendición
de Ray Loriga, o nos lleva por deducciones equivocadas.
Como
última actividad compartan con nosotros una reflexión general de la obra
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